Muy buen episodio navideño de la excelsa Black Mirror.
Guión perfectamente armado, lleno de giros y sorpresas, en el que nada es lo que parece y hasta el último momento no se descubre el misterio tras la presencia de unos excelentes Jon Hamm y Rafe Spall en esa cabaña. Oona Chaplin y Natalia Tena también está soberbias en sus roles, en un episodio quizás demasiado largo y algo irregular en su ritmo (el episodio de Chaplin es menos interesante), pero igualmente excelente.
Sin duda, una de las mejores series en años, si no la mejor.