A mi juicio, una película dirigida por Werner Herzog, un tipo que salvo que alguien demuestre lo contrario, además de ser un magnifico director hace justamente las películas y documentales a su libre albedrío y sin atisbo de concesiones comerciales y con un reparto liderado por Nicolás Cage y Val Kilmer, es de por si lo suficientemente atractiva para no necesitar ser publicitada como un remake del poderoso "Bad Lieutenant 1993" de Abel Ferrara.

El interés de Herzog en hacer la película fue lo que le llevo a aceptar lo de "Bad Lieutenant" encabezando su deseado "Port of Call New Orleans" y así contentar a Edward R. Pressman y su deseo de que por el simple hecho de compartir con la de Ferrara que el protagonista sea un corrupto teniente de policía y consumidor de drogas varias, sea vendida como algo relacionado con esta (en la ficha hasta figuran en los créditos de la escritura junto a William Finkelstein - guionista de esta que nos ocupa - los de Ferrara, Zoe Lund, Paul Calderon y Victor Argo).

Tras lo anteriormente expuesto (leído en revistas y escarbado por la red) y una vez vista la película, comenzare opinando que todos y ninguno tienen razón (Herzog y Pressman), ya que efectivamente, la trama, enfoque y atmósfera difieren de la de Ferrara en cuanto a obsesiones religiosas y circunstancias personales del protagonista, pero cualquiera que haya visto al sórdido y desfasado Harvey Keitel protagonizando una de las escenas que ya forman parte de la memoria cinematográfica como fue la de la masturbación ante 2 jovencitas a las que había parado en el coche y vea a Nicolas Cage en una escena de similar corte en esta que nos ocupa, de momento baja las defensas criticas, se cree al personaje, se deja de elucubraciones bizantinas y se sumerge en la trama.

Sigue en spoiler por falta de espacio: