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Voto de Daniel B:
10

Voto de Daniel B:
10
7,2
2.103
Drama
William Walker, un agente inglés, es enviado a Queimada, isla imaginaria del Caribe, para fomentar una revuelta contra los portugueses. Sin embargo, el objetivo de esta operación no es apoyar la independencia de los nativos, sino que Inglaterra sustituya a Portugal como potencia colonialista. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2021
8 de febrero de 2021
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A mediados del siglo XIX, Sir William Walker (Marlon Brando) arriba a la isla portuguesa de Queimada interesado en conectarse con un líder de una insurrección antiesclavista. La película de Gillo Pontecorvo va develando de a poco las intenciones del ambiguo Walker, quien establece un vínculo con José Dolores (el debutante Evaristo Márquez), quien terminará ocupando un rol inesperado y relevante en esta historia.
Queimada es un elocuente tratado histórico y político sobre el modus operandi del colonialismo británico, con sus intrigas para desestabilizar colonias de otras potencias con el objeto de apoderarse de sus recursos naturales, en este caso la caña de azúcar, y la estremecedora pintura del insumo esencial para sostener su explotación en los términos de la época: la esclavitud.
El cinismo mercenario y seductor que despliega el personaje de Brando con los diversos estamentos con los que negocia y a los cuales somete es de una naturalidad inquietante, así como certera es la descripción de todos ellos.
También es muy lúcido su análisis de la maduración, la oportunidad y los costos de los procesos revolucionarios y su reflexión sobre sus legados. Se impone un guion con algunos diálogos brillantes que jamás caen en el panfleto.
La modernidad cinematográfica asombra: el uso de la cámara en mano, el realismo por momentos casi documental de las imágenes… a lo que se suma la inolvidable banda sonora de Ennio Morricone.
Queimada es una película que mantiene una absoluta y triste vigencia: lo que muestra no difiere mayormente de la actual injerencia de las potencias neocoloniales en pos de los recursos naturales de los países subdesarrollados.
Queimada es un elocuente tratado histórico y político sobre el modus operandi del colonialismo británico, con sus intrigas para desestabilizar colonias de otras potencias con el objeto de apoderarse de sus recursos naturales, en este caso la caña de azúcar, y la estremecedora pintura del insumo esencial para sostener su explotación en los términos de la época: la esclavitud.
El cinismo mercenario y seductor que despliega el personaje de Brando con los diversos estamentos con los que negocia y a los cuales somete es de una naturalidad inquietante, así como certera es la descripción de todos ellos.
También es muy lúcido su análisis de la maduración, la oportunidad y los costos de los procesos revolucionarios y su reflexión sobre sus legados. Se impone un guion con algunos diálogos brillantes que jamás caen en el panfleto.
La modernidad cinematográfica asombra: el uso de la cámara en mano, el realismo por momentos casi documental de las imágenes… a lo que se suma la inolvidable banda sonora de Ennio Morricone.
Queimada es una película que mantiene una absoluta y triste vigencia: lo que muestra no difiere mayormente de la actual injerencia de las potencias neocoloniales en pos de los recursos naturales de los países subdesarrollados.