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Voto de Daniel B:
5

Voto de Daniel B:
5
5,2
4.363
Intriga. Thriller. Drama. Terror
Un accidente industrial causa un terrible incidente medioambiental en una bucólica ciudad del medio-Oeste americano, cubriéndola en una nube tóxica. Jack, un profesor universitario que ha vivido rodeado del ruido blanco de la alta tecnología, las señales electromagnéticas y el consumismo, se ve obligado a enfrentarse a su propia mortalidad.
3 de enero de 2023
3 de enero de 2023
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario
Una deriva de géneros y tonos que no llegan a desarrollarse y potenciarse entre sí, una ambiciosa galería de temáticas, personajes extrañados que deliberadamente son presentados y actúan de una manera que distancia al espectador y una lograda puesta en escena caracterizan esta muy estadounidense, extraña y extrañada película de Noah Baumbach.
Una especie de film de Woody Allen (el personaje de Adam Driver podría protagonizar una de sus películas) con mucha producción, pasado de rosca y fallido, sin su gracia, e irónicamente descripto por su título original en inglés: ruido blanco.
Reseña
Una familia ensamblada (padre profesor universitario especialista en Hitler, madre y varios hijos) vive una cotidianeidad relativa (y aparente)mente tranquila hasta que una amenaza externa pone su vida patas para arriba.
Qué difícil analizar esta película. Sobre todo, porque casi no pude percibir las virtudes y características que le asigna la crítica.
En primer lugar, creo que el director Noah Baumbach quería filmar este film tal cual le salió. Todos sus efectos son deliberados. Dicen que la novela homónima de los 80s de Don DeLillo (que no leí) es infilmable. Y uno concluye que debe haber algo de cierto en ello al mirar esta adaptación.
La película se divide en tres partes bien diferenciadas: en la primera hay una presentación de los personajes y su cotidianeidad, en la segunda, una amenaza externa que altera bruscamente esa cotidianeidad y en la tercera una vuelta a una “normalidad” perturbada por ciertas circunstancias que permanecían ocultas en la primera y hacen crisis.
Podríamos distinguir una combinación o alternancia de tonos y géneros: (una supuesta) comedia negra, sátira, cine catástrofe y apocalíptico, thriller, drama familiar y conyugal, terror (en este género la película nos da una de sus mejores y más potentes escenas). Pero ninguna de esas facetas llega a desarrollarse del todo, ni tampoco se potencian entre sí; más bien lo contrario.
También hay una variedad de tópicos: el desastre ecológico a la vuelta de la esquina, el miedo a la muerte, la panacea farmacológica, la futilidad y la vanidad de las universidades y sus profesores, la religión, las problemáticas conyugales.
Los personajes se comportan como desfasados respecto de las circunstancias que van viviendo, reflexionando y dialogando sobre ellas en voz alta (sobre todo los dos profesores encarnados por Adam Driver y Don Cheadle) como si estuvieran dando clase y filosofando; el personaje de Driver es woodyallenesco, pero lamentablemente no se trata de una película de Woody Allen. Una sensación de extrañamiento distancia al espectador de los personajes y sus vivencias. Digamos que una señal de ruido blanco (el White Noise del título original) contiene todas las frecuencias de sonido y todas ellas muestran la misma potencia, con un resultado plano. Igual fenómeno ocurre con la luz blanca, de allí la denominación. Esto puede referirse a cómo los personajes del relato perciben y calibran las circunstancias que viven. Pero también al resultado de la película…
Acaso el personaje interesante y en algún punto decisivo del relato sea el de la esposa y madre (una muy buena actuación de Greta Gerwig), cuyo rol tangencial al mismo tiempo funciona como hilo conductor del relato; su “modestia” y su circunstancia son la tabla a la que aferrarse para poder transitar la película.
Finalmente, una mención especial para la muy buena banda sonora de Danny Elfman, con un estilo alejado del habitual en su música. Elfman afirmó en Variety que Baumbach le pidió: “Quiero tener una influencia electrónica de los 80, pero no abiertamente específica. Imagina que combináramos algo entre Giorgio Moroder y Tangerine Dream con Aaron Copland”.
https://impresionescinefilas.wordpress.com/2023/01/03/ruido-de-fondo-white-noise/
Una deriva de géneros y tonos que no llegan a desarrollarse y potenciarse entre sí, una ambiciosa galería de temáticas, personajes extrañados que deliberadamente son presentados y actúan de una manera que distancia al espectador y una lograda puesta en escena caracterizan esta muy estadounidense, extraña y extrañada película de Noah Baumbach.
Una especie de film de Woody Allen (el personaje de Adam Driver podría protagonizar una de sus películas) con mucha producción, pasado de rosca y fallido, sin su gracia, e irónicamente descripto por su título original en inglés: ruido blanco.
Reseña
Una familia ensamblada (padre profesor universitario especialista en Hitler, madre y varios hijos) vive una cotidianeidad relativa (y aparente)mente tranquila hasta que una amenaza externa pone su vida patas para arriba.
Qué difícil analizar esta película. Sobre todo, porque casi no pude percibir las virtudes y características que le asigna la crítica.
En primer lugar, creo que el director Noah Baumbach quería filmar este film tal cual le salió. Todos sus efectos son deliberados. Dicen que la novela homónima de los 80s de Don DeLillo (que no leí) es infilmable. Y uno concluye que debe haber algo de cierto en ello al mirar esta adaptación.
La película se divide en tres partes bien diferenciadas: en la primera hay una presentación de los personajes y su cotidianeidad, en la segunda, una amenaza externa que altera bruscamente esa cotidianeidad y en la tercera una vuelta a una “normalidad” perturbada por ciertas circunstancias que permanecían ocultas en la primera y hacen crisis.
Podríamos distinguir una combinación o alternancia de tonos y géneros: (una supuesta) comedia negra, sátira, cine catástrofe y apocalíptico, thriller, drama familiar y conyugal, terror (en este género la película nos da una de sus mejores y más potentes escenas). Pero ninguna de esas facetas llega a desarrollarse del todo, ni tampoco se potencian entre sí; más bien lo contrario.
También hay una variedad de tópicos: el desastre ecológico a la vuelta de la esquina, el miedo a la muerte, la panacea farmacológica, la futilidad y la vanidad de las universidades y sus profesores, la religión, las problemáticas conyugales.
Los personajes se comportan como desfasados respecto de las circunstancias que van viviendo, reflexionando y dialogando sobre ellas en voz alta (sobre todo los dos profesores encarnados por Adam Driver y Don Cheadle) como si estuvieran dando clase y filosofando; el personaje de Driver es woodyallenesco, pero lamentablemente no se trata de una película de Woody Allen. Una sensación de extrañamiento distancia al espectador de los personajes y sus vivencias. Digamos que una señal de ruido blanco (el White Noise del título original) contiene todas las frecuencias de sonido y todas ellas muestran la misma potencia, con un resultado plano. Igual fenómeno ocurre con la luz blanca, de allí la denominación. Esto puede referirse a cómo los personajes del relato perciben y calibran las circunstancias que viven. Pero también al resultado de la película…
Acaso el personaje interesante y en algún punto decisivo del relato sea el de la esposa y madre (una muy buena actuación de Greta Gerwig), cuyo rol tangencial al mismo tiempo funciona como hilo conductor del relato; su “modestia” y su circunstancia son la tabla a la que aferrarse para poder transitar la película.
Finalmente, una mención especial para la muy buena banda sonora de Danny Elfman, con un estilo alejado del habitual en su música. Elfman afirmó en Variety que Baumbach le pidió: “Quiero tener una influencia electrónica de los 80, pero no abiertamente específica. Imagina que combináramos algo entre Giorgio Moroder y Tangerine Dream con Aaron Copland”.
https://impresionescinefilas.wordpress.com/2023/01/03/ruido-de-fondo-white-noise/