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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
8

Voto de Pedro Triguero_Lizana:
8
5,3
238
6 de junio de 2014
6 de junio de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El carnaval de las bestias", largometraje dirigido por Jacinto Molina Álvarez, y protagonizado por Paul Naschy (es decir, la misma persona), es de esas películas que las ves y no lo crees. Confeccionada con materiales de derribo -cine de acción del tipo de Chuck Norris, intriga internacional, un poco de exotismo japonés, un poco de costumbrismo español, terror, familias muy, pero muy extrañas en plan "La matanza de Texas" (The Texas Chainsaw Massacre, 1974), de Tobe Hooper, erotismo, venganzas, a todo lo cual hay que añadir la super cutre banda sonora de CAM España-, es una obra, sin embargo, y contra todo pronóstico, personalísima, curiosísima, interesantísima, y con un final increíble, sorprendente, alucinante...
Primera coproducción entre España y Japón, "El carnaval de las bestias", candidata a obra de culto desde ya, no sólo por sus virtudes sino también por sus defectos, revela, como historia, su gran deuda con una película con colaboración de Molina en el guión, "Los ojos azules de la muñeca rota" (1973), dirigida por Carlos Aured. De hecho, "El carnaval..." es una especie de reformulación de "Los ojos...", pero en un tono aún más siniestro, seco y pesadillesco. Así, aquí vemos de nuevo a un extraño con un oscuro pasado que se introduce en una casa llena de extraños personajes; vemos los sueños de este forastero, que aquí son verdaderas pesadillas, en las que sueña con su muerte; y vemos, cómo no, cerdos, pero muchos más que en el largometraje de Aured. Como en "Los ojos...", nada es lo que parece, las apariencias engañan, y el duro protagonista, aún siendo un mercenario sin escrúpulos, se verá en peligro en esa casa, en principio muy acogedora.
Se trata de una obra muy española -el banquete del final tiene un aire que recuerda, más que a Fellini, como dijera el propio Naschy/Molina, a Berlanga- y, a la vez, muy internacional: actores japoneses se mezclan con el director y actor del cine argentino Lautaro Murúa, y con las referencias a África y sus ritos ancestrales. El comienzo del film, por cómo presenta a Bruno Rivera (Naschy), un duro mercenario español, remite al cine de Chuck Norris y quizá también al cínico asesino a sueldo de "MW", un "manga" de Osamu Tezuka. En fin, si a esto le añadimos el disfraz de oficial nazi del personaje de Murúa, y la tétrica pintura del comienzo, tenemos un film lleno de referencias culturales.
Para mí es una obra a redescubrir y revalorizar urgentemente, y uno de los títulos más sorprendentes, brutales y radicales del cine de, o con, Paul Naschy/Jacinto Molina.
Primera coproducción entre España y Japón, "El carnaval de las bestias", candidata a obra de culto desde ya, no sólo por sus virtudes sino también por sus defectos, revela, como historia, su gran deuda con una película con colaboración de Molina en el guión, "Los ojos azules de la muñeca rota" (1973), dirigida por Carlos Aured. De hecho, "El carnaval..." es una especie de reformulación de "Los ojos...", pero en un tono aún más siniestro, seco y pesadillesco. Así, aquí vemos de nuevo a un extraño con un oscuro pasado que se introduce en una casa llena de extraños personajes; vemos los sueños de este forastero, que aquí son verdaderas pesadillas, en las que sueña con su muerte; y vemos, cómo no, cerdos, pero muchos más que en el largometraje de Aured. Como en "Los ojos...", nada es lo que parece, las apariencias engañan, y el duro protagonista, aún siendo un mercenario sin escrúpulos, se verá en peligro en esa casa, en principio muy acogedora.
Se trata de una obra muy española -el banquete del final tiene un aire que recuerda, más que a Fellini, como dijera el propio Naschy/Molina, a Berlanga- y, a la vez, muy internacional: actores japoneses se mezclan con el director y actor del cine argentino Lautaro Murúa, y con las referencias a África y sus ritos ancestrales. El comienzo del film, por cómo presenta a Bruno Rivera (Naschy), un duro mercenario español, remite al cine de Chuck Norris y quizá también al cínico asesino a sueldo de "MW", un "manga" de Osamu Tezuka. En fin, si a esto le añadimos el disfraz de oficial nazi del personaje de Murúa, y la tétrica pintura del comienzo, tenemos un film lleno de referencias culturales.
Para mí es una obra a redescubrir y revalorizar urgentemente, y uno de los títulos más sorprendentes, brutales y radicales del cine de, o con, Paul Naschy/Jacinto Molina.