Es una historia estupenda que viene como anillo al dedo al gran Robin Williams. Quizás no te lo creas, querido lector, pero tengo los vellos como escarpias nada más con pensar que monstruo de la interpretación era Williams y que mal hice al infravalorarlo en su momento. Me gustaba, pero creía que era un cómico más, pero no, este tipo tenía un carisma desbordante y cualquiera que lo trataba decía que era una persona buena y amable. Francamente, no sé que le pudo llevar a suicidarse, pero hemos perdido a un actor estupendo.

Adrian Cronauer (Williams) de verborrea asombrosa y con un sentido del humor irreverente, llega a Vietnam para hacer programas de radio y alegrar la moral de la tropa que está bien jodida ya que los vietnamitas les están poniendo las cosas difíciles. Enseguida choca con un par de superiores toca huevos (J.T. Walsh y Bruno Kirby) y encaja con sus compañeros al demostrar el talento que tiene. Se enamora, hace amistad, Cronauer se convierte en una pequeña celebridad dedicándose a criticar y mofarse de la hipócrita sociedad existente tras su: ¡¡¡Goooooooooooooooood Morrnining, Vietnaaaaaaam!!!

Un trabajo asombroso de Williams. Un papel estupendo el que interpreta el fortachón Forest Whitaker y una historia con dosis de humor en mitad de un conflicto bélico que espero no se vuelva a repetir, por mucho que a algunos locos les de por decapitar occidentales. Siento muchísimo la muerte de Robin Williams y espero y deseo, tener, al menos, la mitad de talento para la interpretación que tenía este hombre que se nos fue de esta manera. También es justo decir, que Williams pocas veces hacía de un personaje que no fuera él mismo, y que era mucho mejor en la comedia que en el drama. Estuviera encasillado o no, me apena profundamente que se haya ido.

D.E.P. Actor.