Emerald Fennell ya sacudió el panorama cinematográfico prepandémico con ‘Una joven prometedora’ que dio bastante de qué hablar entre las redes sociales. Yo quedé bastante cautivado por ella, con su arriesgada propuesta y su exquisito gusto para rodar la complicada trama que tenía entre manos. Pero, en cuanto a complicada, ‘Saltburn’ no la gana nadie.

Rodada en formato «cuadrado» y dando rienda suelta a un Barry Keoghan absolutamente desatado que bien podría llevarse en unos meses la estatuilla dorada, Emerald nos narra la historia del joven Oliver, arrastrado al mundo de Felix hasta la lujosa mansión del ‘Saltburn’ del título. Pero aquí nada es lo que parece y es mejor no desvelar mucho más de una trama que empieza pareciéndose a la sosa ‘Call me by your name’ pero que, al final, escoge un camino completamente diferente que la convierte en un film sumamente atractivo.

Si algo tiene ‘Saltburn’, más allá de sus más o menos rebuscados giros o de alguna que otra escena que seguramente generará polémica (y que tiene que ver con un entierro), el film tiene la capacidad de dejar al espectador, durante dos horas de metraje, dentro del mundo de Oliver, con sus medias verdades y todas sus mentiras, con sus juegos y con esa sensación de que aunque la mona se vista de seda… pues ya sabéis.

Estoy convencido de que ‘Saltburn’ no os dejará indiferentes. Puede que entréis más o menos en la trama pero indudablemente estaréis dentro de su mundo y eso, a mi, me parece bastante.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/