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Voto de Búhofilm :
4

Voto de Búhofilm :
4
7,3
6.256
Drama
Ángel (Ovidi Montllor) es un cazador furtivo que vive en un bosque con su madre (Lola Gaos), una mujer tiránica y violenta. En uno de sus escasos viajes a la ciudad, conoce a Milagros (Alicia Sánchez), una chica que ha huido de un reformatorio y que es la amante de un delincuente llamado El Cuqui. Ángel la protege y la lleva a su casa. La animosidad de la madre hacia Milagros, así como la atracción que Ángel siente hacia ella desembocarán en un drama. (FILMAFFINITY) [+]
4 de junio de 2024
4 de junio de 2024
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La exhibición de "Furtivos" estuvo tan condicionada por las autoridades franquistas que fue desestimada para los festivales de Cannes y Berlín. Fue mejor recibida en San Sebastián, punto de partida de su rotundo éxito de crítica y público. Algo impensable, hoy en día, ya que es cine de muy poca calidad, bastante devaluado y que ejemplifica sobremanera el cine "casposo" de la transición española, redundando en lo grotesco, retorcido y macabro de su argumento sobre la "España profunda" y el impostado síndrome de Agripina inserto ("España es una madre cruel que devora a sus hijos", dice Borau).
Así junto a otras paupérrimas cintas como "Camada negra", por ejemplo, este tipo de cine se empezó a premiar en festivales internacionales, no por ser buenas películas ni mucho menos sino, más bien, por liberar al cine español de las ataduras creativas y opresoras del franquismo.
Pero todo hay que decirlo bien claro y alto, pues han transcurrido 50 años de estas primeras películas libres, afirmando, con perspectiva, que la película es muy pobre a todos los niveles técnicos con una mala fotografía, una música horrenda anticlimática de "Vainica Doble", un montaje farragoso y un relato cuestionable bastante predecible, estanco y maniqueo. Mención aparte de la deleznable y desafortunada secuencia del perro lobo sacrificado a palos por la más fea actriz que ha dado la filmografía universal.
José Luis Borau nos regala la mejor película de su exigua e independiente producción, esta crítica social y familiar ambientada en el mundo rural de los cazadores que resulta, vista hoy, un film devaluado, pobre técnicamente y mediocre a nivel interpretativo, incluyendo su penosa y ridícula participación en la película en el papel de gobernador.
En suma, valiente película aunque escasa y limitada en su ejecución, prototipo del cine de la época (casi recuerda en su calidad al cine "quinqui" más casposo de aquellos años) que, junto a la más lograda "Pascual Duarte" (1976), tienen el despreciable honor de haber sacrificado verdaderamente a un perro durante sus rodajes.
Así junto a otras paupérrimas cintas como "Camada negra", por ejemplo, este tipo de cine se empezó a premiar en festivales internacionales, no por ser buenas películas ni mucho menos sino, más bien, por liberar al cine español de las ataduras creativas y opresoras del franquismo.
Pero todo hay que decirlo bien claro y alto, pues han transcurrido 50 años de estas primeras películas libres, afirmando, con perspectiva, que la película es muy pobre a todos los niveles técnicos con una mala fotografía, una música horrenda anticlimática de "Vainica Doble", un montaje farragoso y un relato cuestionable bastante predecible, estanco y maniqueo. Mención aparte de la deleznable y desafortunada secuencia del perro lobo sacrificado a palos por la más fea actriz que ha dado la filmografía universal.
José Luis Borau nos regala la mejor película de su exigua e independiente producción, esta crítica social y familiar ambientada en el mundo rural de los cazadores que resulta, vista hoy, un film devaluado, pobre técnicamente y mediocre a nivel interpretativo, incluyendo su penosa y ridícula participación en la película en el papel de gobernador.
En suma, valiente película aunque escasa y limitada en su ejecución, prototipo del cine de la época (casi recuerda en su calidad al cine "quinqui" más casposo de aquellos años) que, junto a la más lograda "Pascual Duarte" (1976), tienen el despreciable honor de haber sacrificado verdaderamente a un perro durante sus rodajes.