Cuando me disponía a ver está película me esperaba algo distinto a la cinta "Solo Mía" de Javier Balaguer, donde podíamos ver como los celos podían degenerar en duras escenas de maltrato. Y es que ningún hombre o mujer debería sufrir nunca este tipo de malas experiencias. Al fin al cabo, al ser amado solo se le desea lo mejor, por lo que los celos y el maltrato; tanto psicológico como físico, deja de tener justificación en una relación de pareja saludable.
El amor debe ser el sentimiento mas puro y sincero entre dos personas, pero cuando la inseguridad de uno entra en conflicto con la sospecha justificada o no del otro miembro, el idilio apasionado puede convertirse en un completo infierno; como le pasara a Paz Vega en "Solo Mía", ante la enfermiza paranoia de un Sergi López, que solo verle daba miedo.

En "Celos" nos encontramos con una historia totalmente distinta. El celoso Antonio, interpretado por Daniel Giménez Cacho sospecha constantemente de su guapa novia Carmen: (Aitana Sánchez-Gijón), con la que va a contraer matrimonio dentro de un mes.
La raíz de la sospecha viene dada por el descubrimiento de una foto, en la que su futura esposa sale abrazada a un joven de buena presencia. Ante la insistencia de Antonio, Carmen le cuenta que el joven de la foto se llamaba José, quitándole importancia al asunto. Sin embargo, encontramos a Antonio, un hombre con una baja autoestima, que cree no merecerse a la guapa novia que tiene, inmerso en un torbellino de desconfianza hacia su ser amado, cayendo en la constante intranquilidad de que, cada momento que pasa alejado de ella, el desconocido José estará ocupando su lugar en la cama.
Es entonces cuando la película da un vuelco inexplicablemente surrealista, al ver actuar al celoso Antonio, y es que mientras Sergi López en "Solo Mía" se volvía loco maltratando sin parar a su mujer, Antonio, en "celos" desarrolla un trastorno de paranoia un tanto infantil, que irrita a su novia, bajo el nombre de José; su demonio particular que atormenta su alma ante una sospecha infundada, pero que a tenor por lo que se ve en la película, su desconfianza está mas que justificada, ya que por lo visto la sensual Carmen ha dejado huella en la mayoría de los hombres del pueblo donde se desarrolla la acción. Y es que con una mujer como Carmen, que con el paso de los minutos se erige como una mujer fuerte, harta de la psicopatía de su marido, que mas que celos parece que padece algún tipo de esquizofrenia, vemos como la película pasa de una sosa historia de celos a una trama confusa en una búsqueda por saber que será del apocado Antonio y del invisible José, para llegar a un final de película chocante que destroza por completo la historia de unos celos de baja intensidad, convertidos en locura colectiva.