Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Kaori
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Kaori:
3

Voto de Kaori:
3
7,6
187.922
Acción. Thriller
El día de su boda, una asesina profesional (Thurman) sufre el ataque de algunos miembros de su propia banda, que obedecen las órdenes de Bill (David Carradine), el jefe de la organización criminal. Logra sobrevivir al ataque, aunque queda en coma. Cuatro años después despierta dominada por un gran deseo de venganza.
18 de agosto de 2012
18 de agosto de 2012
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía en mente hacer una crítica distinta a la que voy a hacer, pero ha sido ponerme a repasar algunos de los comentarios y leer la palabra «estética», y ya se me han cruzado los cables, espero que no a lo Mamba Negra. Que heroína más falsa e inconsistente, por cierto.
Hombre, decir que «Kill Bill: Volumen 1» es una película bella, es decir mucho. Puede que tenga imágenes agraciadas e intentos desesperados por plasmar la belleza, pero si lo consigue es otro tema, por lo demás tremendamente subjetivo. A mi los chorros de sangre no me parecen algo hermoso, ni Uma Thurman con una coleta despeinada; ni los hospitales, las buhardillas, las camionetas chillonas, las amputaciones, los combates mediocres ni los pies de nadie. Tampoco la animación que inserta (no estrictamente de estética anime) es algo precioso. Pocos dibujos hemos visto si ese corte nos parece la hermosura hecha lápiz. Sí, claro, el paisaje de nieve es muy bonito, pero ¿y el cerebro cercenado?
Porque la estética es algo más que una mera composición de imágenes resultonas. La estética es una forma de mirar, de sentir, de emocionarse, de construir una atmósfera y un tono que de verdad otorgue primacía a la imagen y al continente. Yo, que siempre he defendido en esta misma página el esteticismo en el arte cuando otros lo han penalizado, me sorprendo de encontrar esa pasión, ahora, de repente, por la estética rimbombante, pueril, superficial y vacua de Tarantino. Como chiste, la película puede servir, ya que en realidad todo me parece una soberana ridiculez, pero tomarse esto de verdad en serio y calificarlo como «poesía» es ya lo que me toca la fibra sensible.
Lo que sí voy a reconocerle a Tarantino es su continua experimentación en las formas. La película va cambiando constantemente: de color al blanco y negro, y del blanco y negro al bicolor; una cámara que filma desde todas las perspectivas o animación en medio de lo humano. También le agradezco que le de protagonismo a una banda sonora de lo más variada y apetitosa, recuperando géneros tan olvidados pero tan eficaces como el bebop. No podemos olvidarnos de su innegable y evidente homenaje, más o menos acertado pero abismal, a Bruce Lee o a Leone. Por momentos, creo que hasta Uma Thurman quiere ser Clint Eastwood. ¡Ja!
No se hace pesada, es cierto, y el desenlace inconcluso te obliga a ver, si te interesa, el segundo volumen. En definitiva: una frikada sin ningún fundamento.
P.D: Para quien quiera de verdad estética, poesía, venganza, sangre, katanas y muertos, por favor que le eche un vistazo a los OVAs de «Rurouni Kenshin», sobre todo si le ha gustado «Kill Bill». Y después que venga y me lo cuente.
Hombre, decir que «Kill Bill: Volumen 1» es una película bella, es decir mucho. Puede que tenga imágenes agraciadas e intentos desesperados por plasmar la belleza, pero si lo consigue es otro tema, por lo demás tremendamente subjetivo. A mi los chorros de sangre no me parecen algo hermoso, ni Uma Thurman con una coleta despeinada; ni los hospitales, las buhardillas, las camionetas chillonas, las amputaciones, los combates mediocres ni los pies de nadie. Tampoco la animación que inserta (no estrictamente de estética anime) es algo precioso. Pocos dibujos hemos visto si ese corte nos parece la hermosura hecha lápiz. Sí, claro, el paisaje de nieve es muy bonito, pero ¿y el cerebro cercenado?
Porque la estética es algo más que una mera composición de imágenes resultonas. La estética es una forma de mirar, de sentir, de emocionarse, de construir una atmósfera y un tono que de verdad otorgue primacía a la imagen y al continente. Yo, que siempre he defendido en esta misma página el esteticismo en el arte cuando otros lo han penalizado, me sorprendo de encontrar esa pasión, ahora, de repente, por la estética rimbombante, pueril, superficial y vacua de Tarantino. Como chiste, la película puede servir, ya que en realidad todo me parece una soberana ridiculez, pero tomarse esto de verdad en serio y calificarlo como «poesía» es ya lo que me toca la fibra sensible.
Lo que sí voy a reconocerle a Tarantino es su continua experimentación en las formas. La película va cambiando constantemente: de color al blanco y negro, y del blanco y negro al bicolor; una cámara que filma desde todas las perspectivas o animación en medio de lo humano. También le agradezco que le de protagonismo a una banda sonora de lo más variada y apetitosa, recuperando géneros tan olvidados pero tan eficaces como el bebop. No podemos olvidarnos de su innegable y evidente homenaje, más o menos acertado pero abismal, a Bruce Lee o a Leone. Por momentos, creo que hasta Uma Thurman quiere ser Clint Eastwood. ¡Ja!
No se hace pesada, es cierto, y el desenlace inconcluso te obliga a ver, si te interesa, el segundo volumen. En definitiva: una frikada sin ningún fundamento.
P.D: Para quien quiera de verdad estética, poesía, venganza, sangre, katanas y muertos, por favor que le eche un vistazo a los OVAs de «Rurouni Kenshin», sobre todo si le ha gustado «Kill Bill». Y después que venga y me lo cuente.
Últimas películas visitadas
2024
Astrid Rondero, Fernanda Valadez
5,8
(132)