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Voto de Kaori:
5

Voto de Kaori:
5
8,2
81.116
Drama
Un importante magnate estadounidense, Charles Foster Kane, dueño de una importante cadena de periódicos, de una red de emisoras, de dos sindicatos y de una inimaginable colección de obras de arte, muere en Xanadú, su fabuloso castillo de estilo oriental. La última palabra que pronuncia antes de expirar, ”Rosebud”, cuyo significado es un enigma, despierta una enorme curiosidad tanto en la prensa como entre la población. Así, un grupo de ... [+]
24 de febrero de 2013
24 de febrero de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me moría por ver esta película, la gran película, la famosa película, la incomparable película que es la mejor de todos los tiempos (en serio, ¿esto se lo cree alguien de cualquier trabajo cinematográfico?), la película que marcó el mundo del Cine, la maravilla de las maravilla, la esplendorosa, la...
Lo mejor que se puede decir de «Ciudadano Kane» es que la hecho Orson Welles, un hombre muy imaginativo, muy creativo, muy egocéntrico y muy virtuoso, lo que quedó demostrado en este trabajo, pero que siguió demostrando en sus posteriores películas y de una forma mucho más definida, clarividente e impactante. Que aquí lo llevó a la práctica por primera vez, de acuerdo, y eso tiene su mérito, pero ¿de qué forma debe valorarse algo primigenio pero aún no perfeccionado? ¿De qué forma? Procurando, creo yo, no dejarse llevar por la novedad, valorando la innovación en su justa medida y prestando atención al conjunto de la obra.
Así, el conjunto de «Ciudadano Kane» es una película de unos primeros quince minutos realmente brillantes, originales incluso para hoy en día, pero además enigmáticos y de gran potencia visual. Me parece mucho más desconcertante y misterioso la existencia de Xanadú, una paranoia indescriptible, que la palabrita de Rosebud y lo que esconde, que encima no esconde gran cosa, excepto una nostalgia moribunda hacia un pasado que mitifica ante el fracaso de su presente. A lo que no le encuentro ningún sentido es a que este señor quede más impresionado por la discusión con un amigo, las ventas de un periódico o el abandono de una mujer, que por la pérdida de un hijo, el único además y heredero indiscutible de su fortuna. Suponemos que a este padre tan sensible con su Rosebud no le afectó lo más mínimo que su hijo se estrellara en un accidente de coche. Es que ni se acuerda.
Sobre la vida, la obra y la personalidad de Charles Foster Kane que se nos va desgranando a través de distintos testimonios de la gente que le conoció, podemos intuir que el señor Kane era un hombre liviano, autoritario, ambicioso y populista que tiene mucho dinero pero no sabe ser feliz. No sabe, que quede claro, y eso sí es cierto que da pena. Su historia, sin embargo, no es apasionante, ni emotiva, ni hermosa, ni elevada, ni profunda, ni intensa, ni compleja, ni reflexiva, ni única, ni irrepetible, ni interesante, ni...
Es una historia irregular, digna en las formas y con un desenlace que sorprende si no te lo han destripado en una de las mil parodias y homenajes que ha hecho el Cine o la televisión. Admito que yo me enteré por un capítulo de «Los Simpson». Mala suerte.
Lo mejor que se puede decir de «Ciudadano Kane» es que la hecho Orson Welles, un hombre muy imaginativo, muy creativo, muy egocéntrico y muy virtuoso, lo que quedó demostrado en este trabajo, pero que siguió demostrando en sus posteriores películas y de una forma mucho más definida, clarividente e impactante. Que aquí lo llevó a la práctica por primera vez, de acuerdo, y eso tiene su mérito, pero ¿de qué forma debe valorarse algo primigenio pero aún no perfeccionado? ¿De qué forma? Procurando, creo yo, no dejarse llevar por la novedad, valorando la innovación en su justa medida y prestando atención al conjunto de la obra.
Así, el conjunto de «Ciudadano Kane» es una película de unos primeros quince minutos realmente brillantes, originales incluso para hoy en día, pero además enigmáticos y de gran potencia visual. Me parece mucho más desconcertante y misterioso la existencia de Xanadú, una paranoia indescriptible, que la palabrita de Rosebud y lo que esconde, que encima no esconde gran cosa, excepto una nostalgia moribunda hacia un pasado que mitifica ante el fracaso de su presente. A lo que no le encuentro ningún sentido es a que este señor quede más impresionado por la discusión con un amigo, las ventas de un periódico o el abandono de una mujer, que por la pérdida de un hijo, el único además y heredero indiscutible de su fortuna. Suponemos que a este padre tan sensible con su Rosebud no le afectó lo más mínimo que su hijo se estrellara en un accidente de coche. Es que ni se acuerda.
Sobre la vida, la obra y la personalidad de Charles Foster Kane que se nos va desgranando a través de distintos testimonios de la gente que le conoció, podemos intuir que el señor Kane era un hombre liviano, autoritario, ambicioso y populista que tiene mucho dinero pero no sabe ser feliz. No sabe, que quede claro, y eso sí es cierto que da pena. Su historia, sin embargo, no es apasionante, ni emotiva, ni hermosa, ni elevada, ni profunda, ni intensa, ni compleja, ni reflexiva, ni única, ni irrepetible, ni interesante, ni...
Es una historia irregular, digna en las formas y con un desenlace que sorprende si no te lo han destripado en una de las mil parodias y homenajes que ha hecho el Cine o la televisión. Admito que yo me enteré por un capítulo de «Los Simpson». Mala suerte.