«Re:Zero» se presenta como una drama de acción, típico shonen, con un toque de fantasía y aventura, pero ninguno de estos buenos elementos hacen de este anime algo aceptable. Al contrario, todo resulta ridículo y forzado. Los clichés de chicas, relaciones y tramas obligan a unas actitudes, un tono y un estilo que dan sensación de farsa, de parodia de algo serio que quiere abarcarlo todo. Entre muerte y muerte, la chica vestida de doncella haciendo ricuras. ¿Cómo no va a ser lamentable?

Empecemos por la absoluta falta de credibilidad en la historia: llegas sin saber a otro mundo, ¿y te quedas tan pancho y tranquilo, ni preguntas siquiera? Este es solo el planteamiento, porque el protagonista Subaru pronto descubrirá que ha adquirido un poder muy particular: es capaz de reiniciar la vida cada vez que muere. Con este poder se meterá de lleno en la aventura de ayudar a Emilia, la medio elfa que aspira al trono de Lugunica, y de derrotar a sus diferentes enemigos. Solo que aquí no hay nada claro.

Es decir, que «Re:Zero» tiene un guion tirado por el suelo, azaroso, incoherente, con personajes que desaparecen (hola, Felt) y trama que da la sensación de haber ido cambiando sin que el autor sepa qué hacer. Se nota mucho en la segunda temporada, donde no se dan respuestas a las cuestiones más importantes y las que se dan en realidad no explican nada, no van al fondo, a la raíz. Aparte, el drama es plastificado, de perogrullo. Es que se confunde el drama auténtico con las rayadas mentales: no soy lo bastante bueno, necesito que me quieran, soy una inútil… Basura y más basura.

Aunque quizá lo peor es la propia historia y sus desenlaces, porque al final todo es un lío de brujas (pero ¿cuántas hay? ¿Qué quieren?), de brujos, de maldiciones o hechizos que no se aclaran ni tiene sentido (¿el Santuario…? ¿Subaru y su poder?), de libros sacados de la manga que funcionan como deux ex machina, de espíritus con pactos que no hay quien entienda; hijas, madres, sellos que luego se olvidan… Un follón tremendo. Todo eso aderezado con las mismas tonterías de siempre: la mejor asesina del reino es una joven de busto desproporcionado y taconazos; dos chicas que nunca se quitan el traje de doncella, claro; las aspirantes al trono son solo mujeres jóvenes; un harem vergonzoso en el que todas se enamoran del protagonista de una manera o de otra y se gana la admiración de todos los hombres. Asco.

Ojo al personaje de Rem, no hay estereotipo más vomitivo que este: el de chica que se enamora de cualquier petardo y, sabiendo que no la quiere y nunca la va a querer, se conforma con arrastrarse y sacrificarse por él. A decir verdad, el romance no vale un pimiento, es un mero fanservice. Subaru se enamora de Emilia en un capítulo porque «ella me ayudó» o cualquier chorrada por el estilo, aunque si me dicen que está enamorado de otra me lo creo; además, una Emilia ausente en el noventa por ciento de serie.

Lo mejor es el personaje de Puck, que es monísimo y nos ha dado los mejores momentos de todo «Re:Zero»: el final del capítulo quince de la primera temporada reconozco que es bellísimo. Las tendencias gore son por momentos de muy mal gusto; admito que no pude soportar la Inmensidad Conejil y no me hace ninguna gracia que se pongan a torturar mujeres. Hay que ser sádico, narices.

La valoración en la web no la puedo comprender ni compartir. A mí me ha parecido realmente malo.