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Voto de El Extranjero :
9

Voto de El Extranjero :
9
4,7
7.743
Comedia
Stan, un agente inmobiliario sin escrúpulos, aterrado ante el hecho de ir a la cárcel por culpa de un delito de estafa, tratará de aprender una misteriosa arte marcial gracias a un maestro que le instruirá para intimidar a los reclusos y ser así respetado dentro de la cárcel. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2017
15 de marzo de 2017
21 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es pura alegría de vivir. Soy incapaz de sacar ninguna otra conclusión. Sino, por qué cada vez que la pasan por televisión (no sé cómo, como si fuera cosa de energía de universo) la acabo pillando y no solo me quedo viéndola (sin darme cuenta) sino que cada vez disfruto y me río más? ¿Cómo es posible que me sigan haciendo gracia los chistes y los gags que ya he visto veces? La tenía puntuada con un nueve, con la conciencia tranquila de que es una gran puntuación que para nada desmerece a esta película que tanto me gusta... pero ¡un momento! ¿No será en realidad mi comedia favorita, y, seguramente, la película que más veces haya visto? ¿No será que me vuelvo loco de alegría y rompo en sonoras carcajadas ante cada una de sus excentridades una y otra vez? ¿Entonces por qué privarla de la nota máxima, si es lo que asignamos a las películas que MÁS nos gustan?
Aparte de divertísima (abajo os tengo preparadas unas cuántas perlas que la hacen inolvidable) transmite una sensación de buen rollo que desborda por los cuatro costados. Además su naturaleza es de agradable, quizás inocente optimismo, por no hablar del admirable mensaje de integración que formula de manera bastante clara. El que no lo ve es porque no lo quiere ver, debido a su obstinación en despreciar una propuesta solo porque esté plagada de humor escatológico. Los prejuicios en este caso le juegan una mala pasada al espectador que se autolimita, asociando la fluidez de determinados valores a unos géneros específicos. Es decir, seguramente para muchos que no supieron ver nada de provecho en esta película, piensan que el racismo, los abusos sexuales así como otros problemas de integración solo pueden ser tratados con decencia en un drama pausado.
Los actores. David Carradine demostró en la recta final de su vida su portento como humorista. El legado que nos deja en esta película, al igual que en 'Crank: alto voltaje" no tiene precio. Es una faceta gamberra y descarada al servicio de un humor sucio, pero bueno y gracioso de verdad, pues lo que prima es el valor de la interpretación frente a la mediocridad del objetivo de la provocación gratuita, como en el caso de la infame 'Pink Flamingos' (1972), -que junto a 'Holocausto Canibal' me permito el lujo de sonar grandilocuente al decir que son las dos peores películas de la historia del cine-. Es diversión hecha con talento, que puede sonar ofensiva pero que en realidad no denigra a nadie. Rob Scheider... más de tres cuartos de lo mismo. Acostumbro celebrar los trabajos de este genial cómico y este es su mejor trabajo entre una selección de notable comedia. Y es que Rob tiene madera de showman y aquí lo demuestra con mayor intensidad que nunca, hasta el punto de que cada gesto, cada mueca suya, cada frase que pueda pasar inadvertida o resultar insignificante suene perfecta y propulse la desatada esencia cómica que mueve cada segundo esta película. Terriblemente gracioso y dentro de su incorrección política (agradecida, pues hay demasiadas comedias que no lo son y son aburridas) su trabajo denota una intención noble y hasta un espíritu de concienciación, siempre sazonado con el humor de su cine. Jennifer Morrison está aquí más guapa que nunca, su personaje puede parecer que no brille, pero en cada intervención suya lejos de desatinar engrandece aún más esta perfecta película. Ayudar a mantener un tono de espontaneidad y resulta muy natural.
Momentos. Os pondré solo unos pocos porque la mayoría son diálogos que están compenetrados con la expresión corporal de los personajes y al ser escenas muy concretas resulta muy difícil transcribir su humor con palabras y fuera de una escena animada. (Por si hay algún indeciso que está dudando en verla y no se decide me está leyendo Insisto en que la película entera es un despiporre.)
Maestro en la primera cena en casa de Stan. En medio de una contestación con un tono grave, como quien habla de algo con propiedad suelta: "Voy a cagar" El gag escrito de este modo en la crítica puede sonar demasiado infantil, pero lo que resulta tan gracioso en la película es el cambio de tono, que lo dice en el momento menos esperado (y políticamente adecuado).
El abogado de Stan (en un papel pequeño pero sublime, uno de los secundarios que más me ha gustado) a la salida del juicio (Stan pierde e irá tras seis meses a la cárcel): "Es como cuando entras a un vestuario, sabes que tarde o temprano verás alguna polla." Stan se hace la misma pregunta que el espectador: "¿y eso que tiene que ver ahora?" "Muy sencillo, cuando tu estafas a muchos debes saber que tarde o temprano irás a la cárcel. Al igual que yo, que soy un abogado corrupto, sé que algún día me pillarán." Una metáfora muy lúcida, desde luego.
Aparte de divertísima (abajo os tengo preparadas unas cuántas perlas que la hacen inolvidable) transmite una sensación de buen rollo que desborda por los cuatro costados. Además su naturaleza es de agradable, quizás inocente optimismo, por no hablar del admirable mensaje de integración que formula de manera bastante clara. El que no lo ve es porque no lo quiere ver, debido a su obstinación en despreciar una propuesta solo porque esté plagada de humor escatológico. Los prejuicios en este caso le juegan una mala pasada al espectador que se autolimita, asociando la fluidez de determinados valores a unos géneros específicos. Es decir, seguramente para muchos que no supieron ver nada de provecho en esta película, piensan que el racismo, los abusos sexuales así como otros problemas de integración solo pueden ser tratados con decencia en un drama pausado.
Los actores. David Carradine demostró en la recta final de su vida su portento como humorista. El legado que nos deja en esta película, al igual que en 'Crank: alto voltaje" no tiene precio. Es una faceta gamberra y descarada al servicio de un humor sucio, pero bueno y gracioso de verdad, pues lo que prima es el valor de la interpretación frente a la mediocridad del objetivo de la provocación gratuita, como en el caso de la infame 'Pink Flamingos' (1972), -que junto a 'Holocausto Canibal' me permito el lujo de sonar grandilocuente al decir que son las dos peores películas de la historia del cine-. Es diversión hecha con talento, que puede sonar ofensiva pero que en realidad no denigra a nadie. Rob Scheider... más de tres cuartos de lo mismo. Acostumbro celebrar los trabajos de este genial cómico y este es su mejor trabajo entre una selección de notable comedia. Y es que Rob tiene madera de showman y aquí lo demuestra con mayor intensidad que nunca, hasta el punto de que cada gesto, cada mueca suya, cada frase que pueda pasar inadvertida o resultar insignificante suene perfecta y propulse la desatada esencia cómica que mueve cada segundo esta película. Terriblemente gracioso y dentro de su incorrección política (agradecida, pues hay demasiadas comedias que no lo son y son aburridas) su trabajo denota una intención noble y hasta un espíritu de concienciación, siempre sazonado con el humor de su cine. Jennifer Morrison está aquí más guapa que nunca, su personaje puede parecer que no brille, pero en cada intervención suya lejos de desatinar engrandece aún más esta perfecta película. Ayudar a mantener un tono de espontaneidad y resulta muy natural.
Momentos. Os pondré solo unos pocos porque la mayoría son diálogos que están compenetrados con la expresión corporal de los personajes y al ser escenas muy concretas resulta muy difícil transcribir su humor con palabras y fuera de una escena animada. (Por si hay algún indeciso que está dudando en verla y no se decide me está leyendo Insisto en que la película entera es un despiporre.)
Maestro en la primera cena en casa de Stan. En medio de una contestación con un tono grave, como quien habla de algo con propiedad suelta: "Voy a cagar" El gag escrito de este modo en la crítica puede sonar demasiado infantil, pero lo que resulta tan gracioso en la película es el cambio de tono, que lo dice en el momento menos esperado (y políticamente adecuado).
El abogado de Stan (en un papel pequeño pero sublime, uno de los secundarios que más me ha gustado) a la salida del juicio (Stan pierde e irá tras seis meses a la cárcel): "Es como cuando entras a un vestuario, sabes que tarde o temprano verás alguna polla." Stan se hace la misma pregunta que el espectador: "¿y eso que tiene que ver ahora?" "Muy sencillo, cuando tu estafas a muchos debes saber que tarde o temprano irás a la cárcel. Al igual que yo, que soy un abogado corrupto, sé que algún día me pillarán." Una metáfora muy lúcida, desde luego.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El maestro informa que Stan tiene un escorpión como comida. Está vivo en un plato ante él. El maestro se enzarza en un acalorado diálogo con la mujer de Stan, con este de por medio. Stan replica: "Podéis callaros un poco por favor, estoy tratando de comerme un escorpión." Se hace el silencio. El maestro se gira con cara de pocos amigos y de un golpe con el tenedor empala al custáceo (Stan se estremece, aquel gesto nada tenía que ver con los tímidos acercamientos que él hacía al malogrado animal) en lo que dice, en voz baja arrastrando las palabras: "Has perdido el derecho a comer escorpión." Acto seguido sale de la instancia. Stan a su mujer: "¿lo ves? El maestro me está enseñando a sobrevivir y tú me desconcentras. Por tu culpa me he quedado sin comer."
El abogado al maestro nada más despedirse Stan y entrar a prisión: "¿Y tú qué dices?" "Que te vas a ir cagando leches." En pocos segundos al abogado le invade una náusea fruto de un hedor insoportable. "Maldito cochino", masculla en lo que el maestro se ríe. Ambos suben al coche.
El baile de la cárcel, la canción, la coreografía, el abuelo meándose en las fresas, no tiene precio.
El abogado al maestro nada más despedirse Stan y entrar a prisión: "¿Y tú qué dices?" "Que te vas a ir cagando leches." En pocos segundos al abogado le invade una náusea fruto de un hedor insoportable. "Maldito cochino", masculla en lo que el maestro se ríe. Ambos suben al coche.
El baile de la cárcel, la canción, la coreografía, el abuelo meándose en las fresas, no tiene precio.