La pasión. El título podría insinuar que nos encontramos ante una de esas películas bíblicas que conocemos hasta la saciedad porque ponen en televisión todos los jueves santos. Pues no. Es aún peor que estas. Presenta la pasión de Cristo en un tono totalmente tendencioso (de buenos y malos), presenta la pasión siendo totalmente fiel a las palabras de la Biblia (cuando el libro más vendido del mundo todos sabemos que está lleno de símbolos, metáforas y demás)... En fin, el film está realizado a base de cámara lenta, música típica, citas rotundas tomadas directamente del libro sagrado, sangre, sangre y más sangre. El masoquismo en su más desagradable expresión. Por otra parte, el montaje no me agrada nada ya que en las escenas más crueles y desagradables, el director (Mel Gibson) pretende de repente que nos traslademos a la infancia y juventud de Jesús y lo veamos con una sonrisa mientras que en las escenas anteriores hemos visto como le sacan hasta los ojos. La película aburre ya que sólo se trata de latigazos, violencia y todo ello a cámara lenta, para recrearse más.
Mi conclusión es que el director ha hecho esta película porque es la que a él le hubiera gustado ver y ha elegido un momento de podería económico para realizarla pero sin experiencia y sin gusto, que es lo más importante para realizar un film: el talento y el gusto. Mel Gibson carece de estas dos cosas.
Lo único bueno: el esfuerzo de los actores y la curiosidad hacia al espectador por haberse rodado el film en amareo y latín y algunos planos de cámara.