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Voto de AndreuVerneda:
8

Voto de AndreuVerneda:
8
7,1
76.064
Comedia. Acción. Fantástico. Terror
Un sacerdote cree haber descifrado el mensaje secreto del Apocalipsis según San Juan: el Anticristo nacerá el 25 de diciembre de 1995 en Madrid. Para impedir el nacimiento del hijo de Satanás, el cura se alía con José María, un joven aficionado al death metal. Ambos intentan averiguar en qué parte de Madrid tendrá lugar el apocalíptico acontecimiento. Con la ayuda del profesor Cavan, presentador de un programa de televisión de carácter ... [+]
8 de abril de 2025
8 de abril de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me voy a olvidar de la primera vez que vi El día de la bestia. Era un pibe, bastante impresionable, con más ganas de encontrar algo distinto que herramientas para explicarlo. Y de golpe, zas: un cura obsesionado con el apocalipsis, un heavy entrañable y un presentador de lo oculto persiguiendo al mismísimo demonio por la Gran Vía. ¿Qué carajo era eso? No lo sabía, pero me encantaba.
Hasta ese momento, yo pensaba que el cine español iba por otro lado. Todo me sonaba a lo mismo: dramas grises, diálogos forzados, y ese aire de resignación que te hace sentir que ya sabés cómo va a terminar todo. Pero esto… esto era una locura maravillosa. Fue la primera vez que me di cuenta de que en este país también se podía hacer cine que no pidiera permiso. Cine que se la jugara. Que mezclara géneros, que se riera de sí mismo, que metiera acción, humor negro y terror en un mismo paquete sin pedir disculpas.
Lo que hizo Álex de la Iglesia con esta peli fue una especie de milagro punk: una historia absurda y genial, rodada con estilo, con personajes imposibles que terminaban siendo entrañables. Un trío que hoy, décadas después, sigo recordando con cariño: el cura con cara de estar siempre al borde del colapso, el fan del death metal más buena gente del mundo, y ese farsante televisivo que no sabías si odiar o abrazar.
El día de la bestia me marcó. Me mostró que el cine podía ser gamberro, exagerado, oscuro y entrañable al mismo tiempo. Me enseñó que no hacía falta irse a Hollywood para ver algo diferente. Que acá también se podían hacer cosas con personalidad, con riesgo, con ganas de divertirse y de volarnos la cabeza.
No sé si es perfecta. Seguramente no. Pero me dio tanto en su momento.
Hasta ese momento, yo pensaba que el cine español iba por otro lado. Todo me sonaba a lo mismo: dramas grises, diálogos forzados, y ese aire de resignación que te hace sentir que ya sabés cómo va a terminar todo. Pero esto… esto era una locura maravillosa. Fue la primera vez que me di cuenta de que en este país también se podía hacer cine que no pidiera permiso. Cine que se la jugara. Que mezclara géneros, que se riera de sí mismo, que metiera acción, humor negro y terror en un mismo paquete sin pedir disculpas.
Lo que hizo Álex de la Iglesia con esta peli fue una especie de milagro punk: una historia absurda y genial, rodada con estilo, con personajes imposibles que terminaban siendo entrañables. Un trío que hoy, décadas después, sigo recordando con cariño: el cura con cara de estar siempre al borde del colapso, el fan del death metal más buena gente del mundo, y ese farsante televisivo que no sabías si odiar o abrazar.
El día de la bestia me marcó. Me mostró que el cine podía ser gamberro, exagerado, oscuro y entrañable al mismo tiempo. Me enseñó que no hacía falta irse a Hollywood para ver algo diferente. Que acá también se podían hacer cosas con personalidad, con riesgo, con ganas de divertirse y de volarnos la cabeza.
No sé si es perfecta. Seguramente no. Pero me dio tanto en su momento.