No es fácil sorprender con un ‘judánit’ a lo Agatha Christie y menos aún si su tono es de comedia. ‘Puñales por la espalda’ lo consiguió hace poco. ‘8 mujeres’, de Ozon, era una sofisticada rareza donde todas ‘cantaban’. Más alejadas, ‘Un cadáver a los postres’ o ‘El juego de la sospecha’ eran mucho más paródicas (la última, claramente fallida, se ha convertido sin embargo en película de culto).

En un judánit, el espectador sabe a lo que va y está prevenido, por eso es difícil sorprender con las típicas pistas falsas o los giros del guión. ‘Mira cómo corren’ sorprende poco, aunque en realidad no importa nada, porque su objetivo prioritario es entretener y esto sí lo consigue.

La peli está bien. Sonríes a menudo y las ‘casi sorpresas’ son divertidas. Suma que esté ambientada en 1953, poco después del estreno en Londres de la mítica ‘La ratonera’, y suma que esté ambientada en el mundo de la gente del teatro y del cine, con personajes secundarios parodiados como Richard Attemborough o Agatha Christie.

La primera parte es la mejor, por momentos incluso es brillante. Pero si algo destaca en la película son las interpretaciones de la pareja protagonista. ¡Qué buena pareja de polis!, ¡Stoppard & Stalker!, hasta suena bien para una secuela. Sam Rockwell está perfecto y Saoirse Ronan aún mejor. Ella demuestra una vez más su maravillosa sutileza para la comedia, consecuencia directa de su gran talento como actriz.