La secuela de Rápido y Furioso sigue las aventuras de Paul Walker tras los sucesos de la primera entrega y en esta oportunidad se añade nuevos personajes pero con la misma premisa: infiltrarse dentro de la organización del malo de turno (sin el total apoyo y confianza de las fuerzas policiales). No se ofrece realmente nada nuevo y por ese motivo una saga de carreras callejeras clandestinas no se puede extender mucho más allá de 2 o 3 películas. Por esa razón es que reconvirtieron a toda la franquicia en superhéroes con autos voladores.

Lo que realmente entretiene en esta peli es la química en pantalla que existe entre los dos protagonistas. La inclusión de Tyrese Gibson le ha venido como anillo al dedo a esta cinta ya que de lo contrario se tornaría monótono y repetivivo absolutamente todo. Su personaje es cómico y posteriormente se volvería una caricatura de sí mismo a partir de la quita o sexta entrega. Aquí se puede disfrutar y los diálogos de esta cinta son verdaderamente divertidos.

Eva Mendes como interés romántico pasajero hace un decente papel pero no brilla. El villano realmente hace un buen trabajo y el elenco en general sin lucir cumple un correcto papel. Por supuesto, te deben gustar los autos, el tuneado y demás para poder disfrutar esta cinta. De lo contrario no te la recomendaría. Mi puntaje es un 8 (ocho) y para mi es la segunda mejor de toda la saga.