Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Maldito Bastardo
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por Maldito Bastardo
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Maldito Bastardo:
2

Voto de Maldito Bastardo:
2
4,2
4.672
4 de septiembre de 2011
4 de septiembre de 2011
23 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pero, ¿cae en España a alguien bien el humorista Kevin James? Frank Coraci ya nos aburrió hasta la extenuación con “Click” y sin posibilidad de hacer zapping… pero “Zooloco” (brillante traducción de “The Zookeeper”) alcanza un nivel de estupidez parlante pocas veces visto anteriormente.
Está muy bien eso de las películas de animales parlantes que interactúan con humanos aunque me parece una absoluta falta de respeto. Si los animales pudieran hablar lo harían cuando los masacran para ser nuestro alimento, cuando son torturados por placer o para experimentos o cuando, en definitiva, son abandonados por los que consideraban sus dueños y amigos. Ahí no hablan para defenderse pero para que un cuidador consiga a su chica sí. Bueno, los animales de la película son americanos... pero no tienen excusa. Además, para toda persona que le haya gustado “El origen del planeta de los simios” debería considerar que otro animal hable desde que nace, sin que nadie le enseñe (ni están escolarizados, ergo, ¿¡para qué vale la educación!?), doblemente insultante.
Salvando ese insalvable lastre el tío que susurra a los hipopótamos quiere recuperar a la chica que le rechazó y le rompió su corazón. Los animales hablan y rompen su regla básica para ayudarle pero a un precio peludo: hacen que su cuidador vaya a sus instintos básicos como método de mejora social y laboral. Y ahí aparece el trabajo perfecto, la novia perfecta… El ‘te mereces algo mejor’ se impone nuevamente como terapia de auto-ayuda en el reciente cine comercial norteamericano y “Zooloco” quiere ser un versión peluda de “Noche en el museo”.
Publicidad babosa a Red Bull, y nueva incursión de Ken Jeong como secundario ‘asiático’ obligatorio en toda ‘comedia’ que se precie. El doblaje parecía que iba a ser como el de “Kung Fu Sion” pero queda cutre y se echan de menos catalanes y gallegos. José Mota lo intenta pero debería haber doblado a todos los personajes. Entre dálmatas, Beethoven, todo tipo de chuchos, Ace Ventura, las cinco partes de “Dr. Dolittle” y “Estoy hecho un animal”, “Zooloco” descubre que la única diferencia entre los humanos y los animales es que los primeros tienen dinero y los segundos no. Ser o no ser o hacer el ridículo no depende del pelo o tener colmillos sino de ser o no ser Kevin James.
Todo un bodrio. Sobre todo cuando descubres que la última comedia con animales fue “Piraña 3D”.
Está muy bien eso de las películas de animales parlantes que interactúan con humanos aunque me parece una absoluta falta de respeto. Si los animales pudieran hablar lo harían cuando los masacran para ser nuestro alimento, cuando son torturados por placer o para experimentos o cuando, en definitiva, son abandonados por los que consideraban sus dueños y amigos. Ahí no hablan para defenderse pero para que un cuidador consiga a su chica sí. Bueno, los animales de la película son americanos... pero no tienen excusa. Además, para toda persona que le haya gustado “El origen del planeta de los simios” debería considerar que otro animal hable desde que nace, sin que nadie le enseñe (ni están escolarizados, ergo, ¿¡para qué vale la educación!?), doblemente insultante.
Salvando ese insalvable lastre el tío que susurra a los hipopótamos quiere recuperar a la chica que le rechazó y le rompió su corazón. Los animales hablan y rompen su regla básica para ayudarle pero a un precio peludo: hacen que su cuidador vaya a sus instintos básicos como método de mejora social y laboral. Y ahí aparece el trabajo perfecto, la novia perfecta… El ‘te mereces algo mejor’ se impone nuevamente como terapia de auto-ayuda en el reciente cine comercial norteamericano y “Zooloco” quiere ser un versión peluda de “Noche en el museo”.
Publicidad babosa a Red Bull, y nueva incursión de Ken Jeong como secundario ‘asiático’ obligatorio en toda ‘comedia’ que se precie. El doblaje parecía que iba a ser como el de “Kung Fu Sion” pero queda cutre y se echan de menos catalanes y gallegos. José Mota lo intenta pero debería haber doblado a todos los personajes. Entre dálmatas, Beethoven, todo tipo de chuchos, Ace Ventura, las cinco partes de “Dr. Dolittle” y “Estoy hecho un animal”, “Zooloco” descubre que la única diferencia entre los humanos y los animales es que los primeros tienen dinero y los segundos no. Ser o no ser o hacer el ridículo no depende del pelo o tener colmillos sino de ser o no ser Kevin James.
Todo un bodrio. Sobre todo cuando descubres que la última comedia con animales fue “Piraña 3D”.