Bélgica, ese pequeño país y Estado fallido, está aportando, sin embargo, grandes películas centradas en el concepto de CONFLICTO, TENSIÓN, ACCIÓN. No es casualidad.
Michiel Blanchart, el director, otro joven cineasta belga que ha facturado una opera prima notable. Sigue los pasos, en cuanto a impacto visual, del dúo responsable de la obra maestra Rebel. (https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/625470/417896.html)
97 minutos trepidantes, con el leit motiv musical de la famosa canción 'La Nuit se traine' de Petula Clark.
Una película estructurada a partir de 'piece actions' con pocas transiciones. Tres grandes referencias: Jo, qué noche de Scorsese, Collateral de Michael Mann (esa fotografía nocturna, saturada y casi grumosa) y Training Day. El protagonista, un joven cerrajero, será una persona totalmente diferente al final de la noche de quien era cuando la comenzó. Su vida cambiará dramática y violentamente en el transcurso de unas pocas horas, siendo el punto de inflexión su encuentro con Claire, una clienta que solicita sus servicios para abrir una puerta.
Todos los elementos clásicos del thriller más 'noir': una deuda que saldar, secretos inconfesables, mafia albanesa, una confusión, el lugar equivocado en el peor momento, el malo malísimo pero con ética y un enigma por resolver (magnífico el actor Romain Duris), la chica, el protagonista joven e inocente, la banda de malhechores, polis corruptos, situaciones contrarreloj, un tren que sale al amanecer...
Ritmo frenético y alguna 'virguería' visual efectista.
Deja con sensación de querer más y su final abre otra puerta a una continuación.