Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Caith_Sith
colaborador
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por Caith_Sith
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Caith_Sith:
5

Voto de Caith_Sith:
5
5,6
1.248
25 de abril de 2025
25 de abril de 2025
20 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imagino que como casi todos, descubrí a Gareth Evans con "The Raid" y desde entonces no le he perdido la pista cada vez que ha sacado una nueva película. En aquella ensalada de hostias y en su brutal secuela, se nos mostró a un tío con nervio, capaz de filmar escenas de acción prodigiosas al tiempo que mantenía el ritmo de la narrativa sin mayor problema. Y entre medias, nos entregó esa absoluta salvajada que fue "Safe Haven", su segmento para la estupenda "V/H/S/2" que llevaba el found footage al territorio de una secta ultraviolenta. De todo aquello hace ya más de 10 años, y en "Estragos" (Havoc) se nota.
La premisa la has visto 200 veces anteriormente: durante una guerra de bandas, el hijo de alguien importante acaba siendo asesinado y la otra parte del mundo criminal quiere venganza. Por el medio, policías corruptos, favores de personas de abajo a hombres de poder, sueños de retirada y una vida tranquila, la rookie que es tratada como una mindundi por el borde de turno y yo que sé qué más... con deciros que la brocha es tan gorda como para presentar la ambición del alcalde en un plano al lado de una maqueta de la ciudad y lo buen padre que es otro comprando un regalo a su retoño por Navidad, podéis imaginar el resto.
Lo que podía haber sido un buen policíaco se queda desdibujado a una película de sobremesa en la que eso sí, brilla alguna escena de acción muy potente y en concreto una que tiene lugar en un club nocturno y donde hay tantas hostias que parecen las rebajas de Enero de un gran centro comercial. Hardy cumple con su gruñiditos y el resto pues bueno ahí están para zurrar o ser zurrados sin mayor sorpresa ni expectativas que la de hacer que no te aburras, que ojo, algo es algo. Así que cumple como entretenimiento pero queda lejos de otras propuestas mejores ya no de Evans (como por ejemplo aquella barrabasada divertidísima que fue "El apóstol") sino dentro del género, como "Despierta la furia" de Guy Ritchie o "Nobody" de Ilya Naishuller.
De hecho lo que más chirría de "Estragos" es la falta de estilo que han presentado las películas que nacieron a rebufo de su díptico indonesio (The Raid, vaya). No tiene la estilización -ni coreografías- de "John Wick" o "Bullet Train", ni la mala leche de propuestas como las anteriormente citadas. Es simple y llanamente una película que cumple y que posiblemente pasados tres días tengas la tentación de volver a cliquear en Netflix porque ya no recuerdas que la habías visto.
La premisa la has visto 200 veces anteriormente: durante una guerra de bandas, el hijo de alguien importante acaba siendo asesinado y la otra parte del mundo criminal quiere venganza. Por el medio, policías corruptos, favores de personas de abajo a hombres de poder, sueños de retirada y una vida tranquila, la rookie que es tratada como una mindundi por el borde de turno y yo que sé qué más... con deciros que la brocha es tan gorda como para presentar la ambición del alcalde en un plano al lado de una maqueta de la ciudad y lo buen padre que es otro comprando un regalo a su retoño por Navidad, podéis imaginar el resto.
Lo que podía haber sido un buen policíaco se queda desdibujado a una película de sobremesa en la que eso sí, brilla alguna escena de acción muy potente y en concreto una que tiene lugar en un club nocturno y donde hay tantas hostias que parecen las rebajas de Enero de un gran centro comercial. Hardy cumple con su gruñiditos y el resto pues bueno ahí están para zurrar o ser zurrados sin mayor sorpresa ni expectativas que la de hacer que no te aburras, que ojo, algo es algo. Así que cumple como entretenimiento pero queda lejos de otras propuestas mejores ya no de Evans (como por ejemplo aquella barrabasada divertidísima que fue "El apóstol") sino dentro del género, como "Despierta la furia" de Guy Ritchie o "Nobody" de Ilya Naishuller.
De hecho lo que más chirría de "Estragos" es la falta de estilo que han presentado las películas que nacieron a rebufo de su díptico indonesio (The Raid, vaya). No tiene la estilización -ni coreografías- de "John Wick" o "Bullet Train", ni la mala leche de propuestas como las anteriormente citadas. Es simple y llanamente una película que cumple y que posiblemente pasados tres días tengas la tentación de volver a cliquear en Netflix porque ya no recuerdas que la habías visto.