Beekeeper: El protector no fue la película más innovadora de 2024, pero me pareció una cinta de acción más que correcta. Un año después, David Ayer y Jason Statham vuelven juntos a la carga con otra propuesta del mismo estilo. Y para un servidor siempre es un placer culpable ver al actor inglés dando mamporros a los malos de turno. No tengo ningún problema en reconocerlo, me molan las hostias. A Working Man sabe perfectamente a lo que juega y por eso recurre a un mito del género, ya que sabe que los fans de Statham acudirán con total seguridad a las salas para observar como el calvo se lleva por delante a todo Dios. Olvidaos del guion y de la profundidad de los personajes. Y es que este filme no es para reflexionar, sino para disfrutar de una entretenida sesión de venganza. Las secuencias más vistosas no decepcionan, aunque a veces la cámara es demasiado rápida. No me ha disgustado. Sin embargo, Beekeeper: El protector me gustó más. Puede que esto se deba a que en esta ocasión hay menos ritmo. De todas formas, es la producción que esperaba ver. Ojo a algunos planos que se ven durante una persecución.