Su madre se transforma en un ¡OSO! ¡Madre mía! que alarde de sentido común. Una pócima para cambiar a alguien podía dar mucho juego, ¿y salen con esto?. Y después mientras van a buscar la solución al problema nos enteramos que una persona años atrás también fue transformada en oso por la misma bruja y ahora anda como una especie de Jason Voorhees úrsido matando gente por ahí. Y fue quien le arrancó la pierna al padre de la muchacha. Pucha, una molesta "Osofilia" por parte de la bruja que resulta ser un personaje tan horrible que no sabe hacer otra cosa aparte de transformar a la gente en osos. Y otra molesta "Osofobia" de los creadores de la película que se empeñan en mostrar a los osos como auténticas criaturas del demonio. Todo en la película queda sepultado bajo la insistente iconografía osuna que nada tenía que ver con las expectativas que daba el comienzo.
Y para aumentar la gloria la película termina con una brutal pelea de osos, como la guinda del pastel. Lo malo es que ni siquiera se ve bien porque está demasiado oscura.
Este filme tiene el mismo problema de Lunes Tormentoso (una película británica de 1988 que casi nadie conoce) en que el elemento que solo debía estar para decorar termina acaparando toda la atención de los directores haciendo que estos no centren su atención en los demás. En aquella cinta el elemento de la discordia es el jazz.

No merecía el Oscar a la mejor película de animación, se lo dieron solo por ser de Pixar.

PD: La película ni siquiera explica el origen del oso asesino, hay que buscar un corto aparte para saber la historia.