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Voto de Marc Fernández:
7

Voto de Marc Fernández:
7
6,9
20.330
22 de julio de 2019
22 de julio de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
No voy a engañar que en la valoración de la película va a entrar un poco en juego mi amor por el futbol británico. Y aunque el West Ham no es santo de mi devoción, tampoco es que sienta un gran desprecio por ellos, sobre todo cuando cuentan con el segundo mejor himno de toda Inglaterra (el "You'll Never Walk Alone" de Liverpoo es insuperable).
Matt Buckner (Elijah Wood) es un joven estudiante de Harvard al que le expulsan al asumir la culpa de su compañero de habitación de tener cocaína. Incapaz de luchar, viaja a Inglaterra, dónde su hermana Shannon (Claire Forlani) está casada con Steve Dunham (Marc Warren), un hombre de negocios. Con el fin de conseguir una noche a solas con Shannon, Steve manda a Matt a ver un partido del West Ham junto a su hermano Pete (Charlie Hunnam), que es además líder del GSE, el sector más radical de aficionados del club.
Lo más importante de la película es que no crítica a los hooligans, sino al hooliganismo. En más de una ocasión muestra como los miembros del GSE no son máquinas de darse de hostias y de hecho algunos son personas con trabajos vistos socialmente aceptables. Habría sido muy fácil hacerles pintar como borrachos sin estudios que solo van a los estadios a darse de hostias con todo el mundo que cojan. Sin embargo, todo esto choca directamente con el hecho de que se defina tan claramente un villano y hacerle ver como "el malo" cuando en realidad es una persona con la que se pueden entender sus acciones mejores que las de algunos del círculo del protagonista.
Y a la vez que falla con lo del villano, también creo que falla a la hora de lanzar su mensaje. Esto se debe a que por un lado intenta retratar lo malo que es el mundo del hooliganismo con su violencia completamente innecesaria, pero a la misma vez que la trama va descendiendo por este camino, el protagonista pasa de ser un escéptico de la violencia a irla abrazando cada vez más. Ver dos mensajes tan colindantes acaba haciendo que el mensaje de la película sea irrelevante y solo acabe importando la acción.
La cual no es mala y oye, si eres fan del fútbol (no necesariamente fan del hooliganismo), no está mal ver un poco de intrahistoria de uno de los clubes más históricos de Londres en un marco ficticio. La película tiene referencias por aquí y por allá al futbol británico y muestra un poco como es el verdadero mundo del hooliganismo, pero se descuida en su mensaje y acaba resultando algo ambigua.
Matt Buckner (Elijah Wood) es un joven estudiante de Harvard al que le expulsan al asumir la culpa de su compañero de habitación de tener cocaína. Incapaz de luchar, viaja a Inglaterra, dónde su hermana Shannon (Claire Forlani) está casada con Steve Dunham (Marc Warren), un hombre de negocios. Con el fin de conseguir una noche a solas con Shannon, Steve manda a Matt a ver un partido del West Ham junto a su hermano Pete (Charlie Hunnam), que es además líder del GSE, el sector más radical de aficionados del club.
Lo más importante de la película es que no crítica a los hooligans, sino al hooliganismo. En más de una ocasión muestra como los miembros del GSE no son máquinas de darse de hostias y de hecho algunos son personas con trabajos vistos socialmente aceptables. Habría sido muy fácil hacerles pintar como borrachos sin estudios que solo van a los estadios a darse de hostias con todo el mundo que cojan. Sin embargo, todo esto choca directamente con el hecho de que se defina tan claramente un villano y hacerle ver como "el malo" cuando en realidad es una persona con la que se pueden entender sus acciones mejores que las de algunos del círculo del protagonista.
Y a la vez que falla con lo del villano, también creo que falla a la hora de lanzar su mensaje. Esto se debe a que por un lado intenta retratar lo malo que es el mundo del hooliganismo con su violencia completamente innecesaria, pero a la misma vez que la trama va descendiendo por este camino, el protagonista pasa de ser un escéptico de la violencia a irla abrazando cada vez más. Ver dos mensajes tan colindantes acaba haciendo que el mensaje de la película sea irrelevante y solo acabe importando la acción.
La cual no es mala y oye, si eres fan del fútbol (no necesariamente fan del hooliganismo), no está mal ver un poco de intrahistoria de uno de los clubes más históricos de Londres en un marco ficticio. La película tiene referencias por aquí y por allá al futbol británico y muestra un poco como es el verdadero mundo del hooliganismo, pero se descuida en su mensaje y acaba resultando algo ambigua.