Forma parte del encanto de los chicos malos que son capaces de venderte hasta un pedrusco de mar -literalmente, me temo- y siempre salen incolumes. Y de eso último, más que de la pornografía tratan las dos temporadas desarrolladas a lo largo de la vida del superviviente Toru Muranishi, de cómo el llamado emperador del porno en Japón logró pasar de vendedor de enciclopedias a ser uno de los mayores pornógrafos del país a costa de levantarse, caer, volver a ponerse de pie y reiniciar en bucle el mismo proceso hasta nuestros días convirtiéndose en el protagonista de una recreación de sus trapicheos en la más importante plataforma de streaming para la creación de contenidos de ficción del mundo.
Toru Muranishi -un convenientemente adobado de lorzas Takayuki Yamada ('Crows zero' y su continuación) recibe todos los golpes que tumbarían a una persona corriente con escrúpulos de los que carece para reciclarlos en una pasión alimentada tanto por la erótica latente en el controvertido éxito de sus películas de entretenimiento para adultos como la manipulación de cuantos le rodean e irremediablemente abandonan.
Por el camino, y aunque no lo parezca a priori, 'The Naked Director' se despacha como "húmeda" -no es sólo un juego de palabras, si de algo está surtida es fluidos- declaración de amor a la parafernalia videoclubera a través de una necesaria carnalidad en VHS cochina y desvergonzada.
A todo esto, ¿podrían haber llegado Torbe y Dolce a ser el Toru Muranishi y la Kaoru Kuroki españoles? En la era de internet y sin prohibiciones... ¡ni de jodida coña!
En fin, pongámonos a rodar antes de que venga la policía... ¡quítate la ropa y enséñame lo que escondes!