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Voto de Maggie Smee:
8

Voto de Maggie Smee:
8
7,0
15.692
Drama. Thriller. Intriga
Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia. (FILMAFFINITY) [+]
21 de diciembre de 2024
21 de diciembre de 2024
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muy poco y a raíz de la promoción de “Cónclave”, creo recordar que fue en “Cinemanía”, su director, Edward Berger, afirmaba, en resumidas, que mientras el mayor apoyo de su versión de “Sin novedad en el frente” radicaba en las escenas bélicas y en los silencios, aquí residía en el texto. Y se nota.
Uno de los mayores atractivos (y fuertes) de “Cónclave” reside en un guion muy bien construido, con un “suspense” bien dosificado y sobre todo que cuenta con unos estupendos diálogos, lo cual no la convierte en teatral ni mucho menos, pero sí es cierto que no parece una película actual ya que muy pocas son las que no tienen miedo a la palabra y todo intentan centrarlo en mucha acción, con muchas tomas desde muchos ángulos, con mucho nervio o histerismo, pero son escasas en las que se dialogan de forma coherente y yo diría casi que también inteligente, con unos personajes definidos de pies a cabeza.
También se han producido, como es lógico en una adaptación, ciertos cambios con respecto a la novela pero que han beneficiado su versión cinematográfica, como por ejemplo, el convertir al cardenal Lomeli en Lawrence, para su mayor verosimilitud y epicentro de la historia.
Algunos exteriores de la sala se centran en el palacio de Caserta, en las afueras de Nápoles, pero Cinecittà acoge la recreación de otras estancias, que mediante un prodigioso trabajo artístico de Roberta Federico, reproducen con acierto al Vaticano, como en antaño ya lo hicieron otras superproducciones célebres como “El tormento y el éxtasis” o “Las sandalias del pescador”, que incluyendo “Cónclave”, las tres fueron rodadas para pantallas panorámicas, y aquí es Stéphane Fontaine el que hace un notable trabajo.
En este caso el empaque del film es indudable a todos los niveles, con una banda sonora de Volker Bertelmann que evita el tono espectacular del gran Alex North, por ejemplo, porque aquí no venía a cuento, con un trabajo de cuerdas que pudiera recordar más a Mica Levi que a cualquier otro grande de Hollywood y dándole acertadamente un aire más inquietante.
Aunque parezca que no encierra ninguna complicación también reseñar la aportación de Lisy Christi en su vestuario, esperable porque poco podía innovar pero meritorio.
Tras los apartados comentados, todos acertados, otro de los puntos básicos es su espléndido reparto. Ralph Fiennes (que mañana día 22 por cierto cumple 62 años), es uno de los productores ejecutivos de la película. Parece ser que su director no quería otra opción para protagonista y Fiennes, siendo consciente de lo que tenía entre manos, hace una labor fantástica, apostando alto, como hacía mucho tiempo no demostraba, convirtiéndose en uno de los favoritos en la carrera de los “Oscars” a mejor protagonista. A su lado Tucci, O´Byrne, Msamati o Castellito están muy acertados, todos, sin excepción, destacando también a ese gran actor (e ignorado por muchos tras décadas de excelentes interpretaciones, que vergüenza le debería dar a la Academia norteamericana de no habérselo reconocido nunca) como el gran John Lightgow y la breve pero acertadísima intervención de la cada día mejor, como el buen vino, de Isabella Rossellini.
Película muy recomendable, sobre todo para estudiosos de la interpretación o nostálgicos de un cine que ya no se estila, que podrá ser reconocido con muchas menciones o nominaciones, esperemos, pero que pocos premios se va a llevar para casa porque muchos no terminarán por valorarla en su justa medida como explicaremos en la “zona del spoiler”, y ojalá que me equivoque.
Uno de los mayores atractivos (y fuertes) de “Cónclave” reside en un guion muy bien construido, con un “suspense” bien dosificado y sobre todo que cuenta con unos estupendos diálogos, lo cual no la convierte en teatral ni mucho menos, pero sí es cierto que no parece una película actual ya que muy pocas son las que no tienen miedo a la palabra y todo intentan centrarlo en mucha acción, con muchas tomas desde muchos ángulos, con mucho nervio o histerismo, pero son escasas en las que se dialogan de forma coherente y yo diría casi que también inteligente, con unos personajes definidos de pies a cabeza.
También se han producido, como es lógico en una adaptación, ciertos cambios con respecto a la novela pero que han beneficiado su versión cinematográfica, como por ejemplo, el convertir al cardenal Lomeli en Lawrence, para su mayor verosimilitud y epicentro de la historia.
Algunos exteriores de la sala se centran en el palacio de Caserta, en las afueras de Nápoles, pero Cinecittà acoge la recreación de otras estancias, que mediante un prodigioso trabajo artístico de Roberta Federico, reproducen con acierto al Vaticano, como en antaño ya lo hicieron otras superproducciones célebres como “El tormento y el éxtasis” o “Las sandalias del pescador”, que incluyendo “Cónclave”, las tres fueron rodadas para pantallas panorámicas, y aquí es Stéphane Fontaine el que hace un notable trabajo.
En este caso el empaque del film es indudable a todos los niveles, con una banda sonora de Volker Bertelmann que evita el tono espectacular del gran Alex North, por ejemplo, porque aquí no venía a cuento, con un trabajo de cuerdas que pudiera recordar más a Mica Levi que a cualquier otro grande de Hollywood y dándole acertadamente un aire más inquietante.
Aunque parezca que no encierra ninguna complicación también reseñar la aportación de Lisy Christi en su vestuario, esperable porque poco podía innovar pero meritorio.
Tras los apartados comentados, todos acertados, otro de los puntos básicos es su espléndido reparto. Ralph Fiennes (que mañana día 22 por cierto cumple 62 años), es uno de los productores ejecutivos de la película. Parece ser que su director no quería otra opción para protagonista y Fiennes, siendo consciente de lo que tenía entre manos, hace una labor fantástica, apostando alto, como hacía mucho tiempo no demostraba, convirtiéndose en uno de los favoritos en la carrera de los “Oscars” a mejor protagonista. A su lado Tucci, O´Byrne, Msamati o Castellito están muy acertados, todos, sin excepción, destacando también a ese gran actor (e ignorado por muchos tras décadas de excelentes interpretaciones, que vergüenza le debería dar a la Academia norteamericana de no habérselo reconocido nunca) como el gran John Lightgow y la breve pero acertadísima intervención de la cada día mejor, como el buen vino, de Isabella Rossellini.
Película muy recomendable, sobre todo para estudiosos de la interpretación o nostálgicos de un cine que ya no se estila, que podrá ser reconocido con muchas menciones o nominaciones, esperemos, pero que pocos premios se va a llevar para casa porque muchos no terminarán por valorarla en su justa medida como explicaremos en la “zona del spoiler”, y ojalá que me equivoque.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
SPOILER
Por lo que estoy viendo muchos son los que esperaban un final con un desenlace con más rimbombancia, un as sacado de la manga con tal de sorprendernos aún más si cabe, viniera o no a colación, pero no es así. La película sigue toda lógica y quizás su final, el desvelado de la intriga, sea un signo de nuestro tiempo, convirtiéndola para el sector más conservador en algo oportunista, resultando demasiado “innovador” y poco “serio”, mientras que para algunos críticos o espectadores que busquen un entretenimiento más convencional les resulte que se desinfla la acción. No lo creo en absoluto.
“Cónclave” juega sus cartas de forma honesta, quizás incluso demasiado académica dentro de los parámetros que ofrecía su propuesta, pero agradezco que antepongan el buen hacer, que es mucho, a pretender sorprender aunque sea jugando sucio.
Por lo que estoy viendo muchos son los que esperaban un final con un desenlace con más rimbombancia, un as sacado de la manga con tal de sorprendernos aún más si cabe, viniera o no a colación, pero no es así. La película sigue toda lógica y quizás su final, el desvelado de la intriga, sea un signo de nuestro tiempo, convirtiéndola para el sector más conservador en algo oportunista, resultando demasiado “innovador” y poco “serio”, mientras que para algunos críticos o espectadores que busquen un entretenimiento más convencional les resulte que se desinfla la acción. No lo creo en absoluto.
“Cónclave” juega sus cartas de forma honesta, quizás incluso demasiado académica dentro de los parámetros que ofrecía su propuesta, pero agradezco que antepongan el buen hacer, que es mucho, a pretender sorprender aunque sea jugando sucio.