Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Frank Booth
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Frank Booth :
7

Voto de Frank Booth :
7
6,3
7.801
Drama
Granada, finales de los 90. En plena efervescencia artística y cultural, un grupo de música indie vive su momento más delicado: la bajista rompe con la banda buscando su sitio fuera de la música y el guitarrista está inmerso en una peligrosa espiral de autodestrucción. Mientras, el cantante se enfrenta a un complicado proceso de escritura y grabación de su tercer disco. Nadie sabe que ese disco cambiará para siempre la escena musical de ... [+]
5 de febrero de 2025
5 de febrero de 2025
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo Premio se alza como una metonimia irónica de la profecía autocumplida de una generación, una suerte de espejismo sepia donde los residuos y pesadillas de vidas truncadas se confabulan en un retrato nostálgico de lo inalcanzable. Es el eco melancólico de aquellos que, pese a portar en su interior conocimientos, curiosidades y talentos, se pierden en el laberinto de un destino que se desangra en la penumbra del fracaso.
Esta película es la encarnación del sueño fallido de una juventud que anhela trascender, donde la épica de unas ideas, el murmullo de letras desgastadas y el compás de una música que resuena en lo más hondo del alma, se erigen como bálsamo para un malestar existencial ineludible. Es, en esencia, la cinta que todos habríamos querido realizar algún día, la forma de dar cuenta de lo sencillo y, al mismo tiempo, de lo irresoluble; un viaje a Nueva York que se revela no como un oasis, sino como un desierto de técnica y desencanto en la sombra de un poeta heroico asesinado.
Ahogados en un mar de entretenimiento desprovisto de sustancia, los personajes de Segundo Premio buscan, entre la realidad y la fantasía, en medio de alguna crisis, normalmente infantil o caprichosa, algún destello de valor que les permita seguir avanzando. Pero es precisamente en esa búsqueda donde se forja la leyenda de la primera generación que, al perder el valor de la comunidad, se sumerge en la crueldad de una libertad individual desmedida, en las malas costumbres, en las adicciones y en la desorientación. Es la vanguardia del conformismo, un retrato sin adornos de una existencia que se debate entre lo humano y lo que pudo o podría convertirse en divino y entre lo real y lo lo pudo o podría convertirse en fantástico.
Es la fotografía de un punto de vista anímico, una mirada que no solo captura lo que fue, sino lo que siempre es. Sin querer queriendo, la película teje y proclama una leyenda. A través de estos relatos, la memoria colectiva se transforma en un legado imperecedero, recordándonos que, en esencia, cada uno de nosotros es el narrador incansable de su propia existencia. No se trata de una historia relegada al pasado, sino de una narrativa que se reinventa a cada instante. El linde entre el recuerdo y la realidad, entre el mito y el logos, entre la canción y el aborrecimiento.
Esta película es la encarnación del sueño fallido de una juventud que anhela trascender, donde la épica de unas ideas, el murmullo de letras desgastadas y el compás de una música que resuena en lo más hondo del alma, se erigen como bálsamo para un malestar existencial ineludible. Es, en esencia, la cinta que todos habríamos querido realizar algún día, la forma de dar cuenta de lo sencillo y, al mismo tiempo, de lo irresoluble; un viaje a Nueva York que se revela no como un oasis, sino como un desierto de técnica y desencanto en la sombra de un poeta heroico asesinado.
Ahogados en un mar de entretenimiento desprovisto de sustancia, los personajes de Segundo Premio buscan, entre la realidad y la fantasía, en medio de alguna crisis, normalmente infantil o caprichosa, algún destello de valor que les permita seguir avanzando. Pero es precisamente en esa búsqueda donde se forja la leyenda de la primera generación que, al perder el valor de la comunidad, se sumerge en la crueldad de una libertad individual desmedida, en las malas costumbres, en las adicciones y en la desorientación. Es la vanguardia del conformismo, un retrato sin adornos de una existencia que se debate entre lo humano y lo que pudo o podría convertirse en divino y entre lo real y lo lo pudo o podría convertirse en fantástico.
Es la fotografía de un punto de vista anímico, una mirada que no solo captura lo que fue, sino lo que siempre es. Sin querer queriendo, la película teje y proclama una leyenda. A través de estos relatos, la memoria colectiva se transforma en un legado imperecedero, recordándonos que, en esencia, cada uno de nosotros es el narrador incansable de su propia existencia. No se trata de una historia relegada al pasado, sino de una narrativa que se reinventa a cada instante. El linde entre el recuerdo y la realidad, entre el mito y el logos, entre la canción y el aborrecimiento.