Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Ford Farleine
Voto de Ford Farleine:
7

Voto de Ford Farleine:
7
6,8
17.306
26 de marzo de 2025
26 de marzo de 2025
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Eggers es uno de los directores más personales, junto a Ari Aster, de los que han surgido en los últimos años. Ambos tienen querencia hacia los temas más truculentos, o al menos, hacia el mal rollo. Son personales e interesantes pero eso no quiere decir que siempre den con la tecla... A veces resbalan de tan especialitos que son ("El faro" o "Beau tiene miedo" son raras de narices, por poner dos ejemplos), pero eso no quita que en sus trabajos siempre haya algo que los haga interesantes.
Sirva esta introducción para que quede claro que no soy un admirador incondicional de Eggers: hay cosas suyas que me gustan, cosas que no me han gustado y otras que me han parecido interesantes aunque no me han volado la cabeza. Pero siempre tiene una potencia visual fuera de toda duda. Eggers sabe dónde tiene que poner la cámara para crear unas imágenes poderosísimas y de una belleza fuera de toda duda. Y en esta ocasión, a esa capacidad indiscutible de crear escenas (o encuadres) de una hermosura indiscutible, une la historia del conde Orlok, sosias del Conde Drácula, en la versión no autorizada de "Drácula" que rodaron Murnau o Herzog hace ya unos cuantos años. Formalmente, este film no desmerece a sus poderosos antecedentes y el problema viene en el tratamiento del argumento que hace Eggers que, siempre embebido por su querencia a la truculencia, es, quizá demasiado insensible con sus personajes... Quizá este sea el reparo más evidente que se le puede hacer*. Como decía anteriormente, formalmente es esplendorosa y poco tiene que envidiar a las imágenes del expresionismo alemán.
Para finalizar, el elenco está en estado de gracia: Nicholas Hoult transmite toda la gama de sentimientos que un personaje de esa complejidad requiere; Willem Dafoe está capacitado para defender un personaje de esta categoría sin despeinarse (quizá quede demasiado plano); Aaron Taylor-Johnson brilla en su interpretación del sobrado y luego desorientado (y al final perdido) rol. Pero los que se llevan la palma son los protagonistas: Lily-Rose Depp y Bill Skarsgard, pertenecientes a unas dinastías con pedigrí en este mundo.
Sirva esta introducción para que quede claro que no soy un admirador incondicional de Eggers: hay cosas suyas que me gustan, cosas que no me han gustado y otras que me han parecido interesantes aunque no me han volado la cabeza. Pero siempre tiene una potencia visual fuera de toda duda. Eggers sabe dónde tiene que poner la cámara para crear unas imágenes poderosísimas y de una belleza fuera de toda duda. Y en esta ocasión, a esa capacidad indiscutible de crear escenas (o encuadres) de una hermosura indiscutible, une la historia del conde Orlok, sosias del Conde Drácula, en la versión no autorizada de "Drácula" que rodaron Murnau o Herzog hace ya unos cuantos años. Formalmente, este film no desmerece a sus poderosos antecedentes y el problema viene en el tratamiento del argumento que hace Eggers que, siempre embebido por su querencia a la truculencia, es, quizá demasiado insensible con sus personajes... Quizá este sea el reparo más evidente que se le puede hacer*. Como decía anteriormente, formalmente es esplendorosa y poco tiene que envidiar a las imágenes del expresionismo alemán.
Para finalizar, el elenco está en estado de gracia: Nicholas Hoult transmite toda la gama de sentimientos que un personaje de esa complejidad requiere; Willem Dafoe está capacitado para defender un personaje de esta categoría sin despeinarse (quizá quede demasiado plano); Aaron Taylor-Johnson brilla en su interpretación del sobrado y luego desorientado (y al final perdido) rol. Pero los que se llevan la palma son los protagonistas: Lily-Rose Depp y Bill Skarsgard, pertenecientes a unas dinastías con pedigrí en este mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Eggers parece que nunca ha tenido demasiado cariño a los personajes que pululan por sus obras, casi siempre les hace padecer lo indecible y, en esta ocasión, la mayoría de ellos sufren una muerte dolorosa y crudelísima.