Aunque la gesta de El Álamo apenas ocupa en la cinta una pequeña parte del comienzo, para nosotros es la que con mayor objetividad cinematográfica la presenta. Estamos acostumbrados a ver cómo el expansionismo unionista en el territorio texano, se esconde detrás de la pequeña acción militar que tuvo lugar en la antigua misión española entre febrero y marzo de 1836. Y todavía tendría un pase esta forma de mostrarla si, al menos, tuviesen la decencia de limitarse a resaltar las virtudes heroicas de ese par de cientos de defensores de la plaza ... sin cargar las tintas sobre el pretendido carácter sanguinario y feroz de los mil y pico sitiadores, generalmente mostrados como auténticos soldaditos de plomo con sus casacas coloreadas y repletas de dorados entorchados, dirigidos por borrachos y botarates entre los que se incluye, por supuesto, al mismísimo general López de Santa Ana.
Aquí radica para nosotros una de las grandes virtudes de la obra de Boetticher, en la "revisión" que hace de la gesta al limitarse a contar los indiscutibles méritos heroicos de los sitiados ... sin meterse para nada con los pretendidos deméritos de los sitiadores, de los que solo veremos un soldado con la bandera blanca del diálogo y las bocas de los cañones vomitando metralla durante toda la noche.
El resto de la película atiende a las consecuencias de la caída del fuerte de El Álamo centradas en la figura del único de sus defensores, John Stroud (Ford), que por ciertos motivos acepta la propuesta del comandante para abandonar voluntariamente la plaza y marchar junto al teniente Lamar (O'Brian) que debe llevar un mensaje al general Houston. Motejado de traidor allá donde vaya, Stroud tendrá difícil demostrar la rectitud de su comportamiento y así recuperar su honor perdido.
Un nuevo enfoque de la acción de El Álamo, mezclado con el conflicto personal que se plantea en todas las guerras entre el sentido del deber, de la justicia, del amor a unas ideas ... o a la propia familia.
Magnífico el planteamiento argumental, el guion, su desarrollo y su realización. Excelente ambientación (fuera de algunos anacronismos relativos a las armas de fuego), con bellas tomas de las caravanas atravesando las llanuras de Texas. En cuanto a los personajes, la atención se concentra especialmente en Stroud dejando demasiado en segundo plano al resto. Echamos un poco de menos las bromas y el tono amable de los secundarios, y eso que entre ellos se encuentra nada menos que Chill Willis. También se echa en falta reforzar el nudo amoroso que queda muy débilmente trazado.
De todas formas estamos ante una película de muy corta duración y no queda tiempo para muchas florituras estilísticas. Aquí otro de sus puntos fuertes que nos llevan a recomendar esta brillante "revisión" de la acción de El Álamo.