Entre las numerosas profesiones que cinematográficamente desempeñó Cantinflas no podía faltar la de abogado.
Después de más de diez años de estudios, por fin parece que Justo y Leal Aventado (Moreno) consigue licenciarse en Derecho.
Su amigo el profesor Ramón Arvide (Garasa) lo orienta en sus primeros pasos profesionales, recordándole las máximas quijotescas sobre la Justicia que no debe dejarse influir por las lágrimas de los débiles ni por el dinero de los poderosos, como tampoco las sentencias condenatorias deben agravarse con palabras duras.
Una vez más Cantinflas basa su humor en juegos de palabras, "¡Que Hijote tengo!", o "Casarse por poderes y separarse por no poder [cumplir con la joven esposa]". Si bien en esta ocasión no abusa tanto de la ininteligible cantinfloparla.
Lances más o menos cómicos y tiernos, que resultan ya un tanto reiterativos después de verlos repetidos en tantas películas suyas.
Otra de Cantinflas. Regular, para fans del Pelado.