La película de ocho apellidos vascos explora el mundo de estereotipos culturales, un amor complicado y la importancia de familia. Rafa, es un sevillano, bien pijo y orgullo por ser andaluz pero una noche en un bar, se conoce a Amaia, una vasca que odia a todas cosas sevillanas y piensa que son vagos y no muy inteligentes mientras Rafa y su amigos hacen bromas sobre los vascos, diciendo que las mujeres son masculinos y que no las enervan porque casi todos son de eta. Esta relación entre Amaia y Rafa empieza este amor complicado y de alguna manera, prohibido. La película explora los diferentes estereotipos de vascos y sevillanos y como esta pareja rompe las fronteras entre las dos culturas. También habla del concepto de que todos somos humanos y el amor siempre vence las diferencias en la sociedad. También habla de la importancia de familia entre las relaciones con Rafa y su amiga de Cáceres, Merche que se finge ser la humilde y simpática madre. Amaia y su padre Koldo también tiene una relación interesante y tratan de superar una tensión entre padre e hija en cuanto la búsqueda de perdonar.