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Voto de Begoña:
5

Voto de Begoña:
5
6,7
4.657
Drama
El largo viaje de la vida de Parthenope, desde su nacimiento en 1950 hasta hoy. Una epopeya femenina desprovista de heroísmo pero rebosante de una pasión inexorable por la libertad, Nápoles y los rostros del amor, todos esos amores verdaderos, inútiles e indecibles. El perfecto verano de Capri, el desenfado de la juventud, que acaba en emboscada. Y luego todos los demás: los napolitanos, hombres y mujeres, observados y amados, ... [+]
24 de abril de 2025
24 de abril de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Sorrentino siempre bostezo muchísimo, es algo que no puedo controlar, y siempre que cruzo la barrera de la hora entro en un inalterable estado disociativo. Vuelve a cumplirse la misma fórmula: ensalzamiento de la belleza y juventud en la élite italiana (como si después de cumplir los 40, toda vida careciera de sentido).
Parthenope es guapa, tiene un fondo de armario super guay y el pelo lo lleva genial siempre, porque ella nació en el mar (con lo que estropea la playa, pero a ella no le pasa lo que a ti). Estudia antropología pero no la vemos abrir un libro jamás porque siempre está por ahí; Parthenope no menstrua, sus ovarios danzan angelicalmente y además te hace una mamada con la mirada.
Parthenope es tan irresistible que hasta se la quiere zumbar su hermano, la curia romana y tíos con helicóptero. Cierto es que las mujeres tenemos la virtud de elegir entre machos, que la belleza femenina es artísticamente más fascinante que la masculina por las voluptuosas y suavizadas formas físicas (y da igual gordas que boqueroncillas), pero es excesivo y agotador centrar la peli únicamente en esto.
Parthenope se ha aprendido de memoria las frases de Rita Hayworth en "Gilda", tiene un expediente académico cum laude, pero porque su inteligencia sobrenatural no es la tuya. Parthenope habla muy poco, pero qué importa, y además los hombres sentencian que es humilde por no aprovecharse de su belleza (lo de la plaza a dedo en la uni no me queda claro). Parthenope no sufre jamás por amor, se angustia por la vida y el dolor. Parthenope vive en una villa italiana abigarrada, poniendo cara de mártir celestial mientras se fuma un paquete de Winston mirando el mar. Parthenope sufre cuando experimenta la pobreza de los suburbios napolitanos, porque eso es la antropología le dicen: ver.
"¡Oh, Parthenope!, ¡diosa entre las diosas! ¡Qué tu alma torturada me lleve a donde el vértigo con la razón me arranque la memoria, porque tengo miedo a quedarme con mi dolor a solas!"
Joder, tía.
Pues nada, básicamente esto es la peli. A mí no me jodas que esta tía no ha repetido ni un puto curso, y encima Sorrentino solamente conoce a Lévi Strauss, super típico. Se sobrentiende que la vida de la prota importa nada, solamente lo físico.
Sorrentino es un soberbio que verdaderamente piensa que es un artista renacentista, pero no es más que una copia de Fellini y Antonioni (pesados también).
Esta peli me ha recordado a cuando últimamente salgo de copas y alguien o varios, me preguntan sobre un tema para crear un debate polémico, no porque les interese las opiniones de los demás, sino para soltar una chapa "profesional" que ya llevaban preparada de casa.
A esto lo llamo: ULTRAVIOLENCIA.
Desde hace un tiempo, mi mente y cuerpo ya no presencian esos discursos tediosos; ahora los escurro con un "me voy fuera un momento", o directamente busco a alguien (colegas ,el primo de fulano y su amigo mengano) capaz de mantener conversaciones animadas y abandono sin contemplaciones al grupo, incluso por horas. Feliz. He descubierto que puedo poner cara de lombriz, pero no la de Parthenope congelada. Tampoco he conseguido hacerme la Santa y callarme un: "es increíble lo plastas que sois".
Seguiré trabajando en los misteriosos recovecos de la mente femenina, como Sorrentino.
Le doy un 5 por Nápoles y el vestuario de Parthenope.
Parthenope es guapa, tiene un fondo de armario super guay y el pelo lo lleva genial siempre, porque ella nació en el mar (con lo que estropea la playa, pero a ella no le pasa lo que a ti). Estudia antropología pero no la vemos abrir un libro jamás porque siempre está por ahí; Parthenope no menstrua, sus ovarios danzan angelicalmente y además te hace una mamada con la mirada.
Parthenope es tan irresistible que hasta se la quiere zumbar su hermano, la curia romana y tíos con helicóptero. Cierto es que las mujeres tenemos la virtud de elegir entre machos, que la belleza femenina es artísticamente más fascinante que la masculina por las voluptuosas y suavizadas formas físicas (y da igual gordas que boqueroncillas), pero es excesivo y agotador centrar la peli únicamente en esto.
Parthenope se ha aprendido de memoria las frases de Rita Hayworth en "Gilda", tiene un expediente académico cum laude, pero porque su inteligencia sobrenatural no es la tuya. Parthenope habla muy poco, pero qué importa, y además los hombres sentencian que es humilde por no aprovecharse de su belleza (lo de la plaza a dedo en la uni no me queda claro). Parthenope no sufre jamás por amor, se angustia por la vida y el dolor. Parthenope vive en una villa italiana abigarrada, poniendo cara de mártir celestial mientras se fuma un paquete de Winston mirando el mar. Parthenope sufre cuando experimenta la pobreza de los suburbios napolitanos, porque eso es la antropología le dicen: ver.
"¡Oh, Parthenope!, ¡diosa entre las diosas! ¡Qué tu alma torturada me lleve a donde el vértigo con la razón me arranque la memoria, porque tengo miedo a quedarme con mi dolor a solas!"
Joder, tía.
Pues nada, básicamente esto es la peli. A mí no me jodas que esta tía no ha repetido ni un puto curso, y encima Sorrentino solamente conoce a Lévi Strauss, super típico. Se sobrentiende que la vida de la prota importa nada, solamente lo físico.
Sorrentino es un soberbio que verdaderamente piensa que es un artista renacentista, pero no es más que una copia de Fellini y Antonioni (pesados también).
Esta peli me ha recordado a cuando últimamente salgo de copas y alguien o varios, me preguntan sobre un tema para crear un debate polémico, no porque les interese las opiniones de los demás, sino para soltar una chapa "profesional" que ya llevaban preparada de casa.
A esto lo llamo: ULTRAVIOLENCIA.
Desde hace un tiempo, mi mente y cuerpo ya no presencian esos discursos tediosos; ahora los escurro con un "me voy fuera un momento", o directamente busco a alguien (colegas ,el primo de fulano y su amigo mengano) capaz de mantener conversaciones animadas y abandono sin contemplaciones al grupo, incluso por horas. Feliz. He descubierto que puedo poner cara de lombriz, pero no la de Parthenope congelada. Tampoco he conseguido hacerme la Santa y callarme un: "es increíble lo plastas que sois".
Seguiré trabajando en los misteriosos recovecos de la mente femenina, como Sorrentino.
Le doy un 5 por Nápoles y el vestuario de Parthenope.