Pantaleón Pantoja (Salvador del Solar) es un capitán del ejército peruano, responsable militar, serio e idealista, fiel a su esposa Pochita (Mónica Sánchez). A él se le asigna una curiosa misión, trasladarse de la capital a Iquitos, en la amazonia peruana, con la finalidad de llevar entretenimiento sexual a los soldados asignados en dicha región selvática.

Para lograr esto el protagonista crea una enorme estructura organizativa con tal de realizar de la mejor forma su trabajo, a pesar de las dudas iniciales y la incomodidad de un entorno (tanto geográfico como laboral) que le es inicialmente complicado. Pronto estas ideas comenzarán a disiparse en favor de una empresa que lo termina absorbiendo.

El filme está basado en la novela homónima (1973) del escritor Mario Vargas Llosa, que ya había sido llevado al cine en una producción de 1975, codirigida por el propio escritor -su primera y hasta el momento única experiencia en dicho campo-, junto con el realizador español José María Gutiérrez Santos, que también debutaba con su primer largometraje.

Esta versión del año 1999 fue dirigida por Francisco J. Lombardi, el director peruano más reconocido, que tiempo atrás había trabajado una adaptación de Vargas Llosa, dando como resultado el muy buen filme La ciudad y los perros (1985), que le valió su primer reconocimiento a Mejor director en el Festival de San Sebastián.

El guion de Pantaleón y las visitadoras fue coescrito entre Giovanna Pollarolo, pareja y recurrente colaboradora de Lombardi, junto con Enrique Moncloa que debutaba en un largo de ficción. La historia se narra de forma lineal y cuenta con múltiples diálogos, que dan fe de su origen literario.

Por su parte Lombardi opta por filmar con un tono clásico y convencional, dándole al filme un ritmo y vitalidad que lo hace muy agradable, la dirección de actores no puede estar mejor, a pesar del encasillamiento o caricaturización de alguno de ellos, se muestran naturales con papeles a la medida, confiados de la labor encomendada.

La película puede que se exceda algunos minutos, especialmente su último tercio, pero en general el ritmo que maneja es bastante efectivo, con una historia atractiva que mezcla la comedia (¿sexy comedia?) con el drama de su protagonista en su asidua labor.