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Voto de Wanchope:
7

Voto de Wanchope:
7
5,9
169
16 de noviembre de 2023
16 de noviembre de 2023
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Las películas como 'Pathaan' se definen de forma muy sencilla con una simple pregunta: ¿Merece la pena pagar por verla en una sala de cine? Si te gustan las de acción, indudablemente, la respuesta es si. Sobre todo si la ves bien arropado por su público más afín, el cuál de manera alegrosa puede guiar tus reacciones al son de las suyas propias. Esto debería ser siempre una parte importante de lo que podríamos considerar las "experiencias sociales colectivas" como ir a un concierto, a un campo de fútbol o a una sala de cine.
Hay dos maneras de encararlo: Mirar o vivirlo. 'Pathaan' es de las películas que animan a vivirlo de la misma manera que por ejemplo la franquicia de 'Fast & Furious' en sus mejores momentos; esto es, en los mejores momentos de su quinta, sexta y séptima entrega. Viene a ser el mismo tipo de película, o más bien, de blockbuster al servicio de la acción descocada y desmesurada. Poco importa que lo que pase o deje de pasar nos importe o lo entendamos más bien poco. Por resumir, aquí se viene a ver hondonadas de hostias.
Se viene a ver cine de acción comercial con denominación de origen; en el caso de 'Pathaan' entiendo que lo suficientemente bueno (o efectivo) como para que a efectos prácticos pueda resultar a su manera tan satisfactorio como por ejemplo el estadounidense. Porque en realidad viene a ser en gran medida lo mismo, aunque no estemos tan acostumbrados o próximos a su idiosincrasia cultural y cinematográfica, y por ejemplo nos cueste imaginar a Vin Diesel cantando y bailando con el brío con el que lo hacen sus homólogos indios.
Porque en realidad viene a ser en gran medida lo mismo, tanto en lo bueno como en lo malo de este cine de gran presupuesto, tirando a conservador y de clara vocación y servidumbre popular donde hay más ruido y tiros que refinamiento y guión. En el caso de películas como 'Pathaan', alimentado además por un sentido del ridículo menos... acusado. O menos prejuicioso dentro de lo que sería, para entendernos, ese cine equiparable a una colección de bonitas postales que construyen lo que más que una historia son momentos.
Dadas las circunstancias conviene aclararlo: 'Pathaan' ni es 'RRR', ni 'RRR' es la única película india que existe. Tenemos por ejemplo 'War', la anterior película de Siddharth Anand con la que no por casualidad 'Pathaan' tiene muchísimo en común. Sendos cruces entre 'Fast & Furious' y 'Misión: Imposible' en realidad bastante imperfectos, algo toscos y mejorables a distintos niveles, pero que a pesar de sus duraciones resultan igual de arrolladores que aquel tanque que recorría la autopista de Tenerife aplastando coches.
Todo sea que a la novena nos cansemos como de Toretto y su séquito. Pero, mientras tanto, que nos quiten lo bailao (en Mallorca y Cádiz).
Hay dos maneras de encararlo: Mirar o vivirlo. 'Pathaan' es de las películas que animan a vivirlo de la misma manera que por ejemplo la franquicia de 'Fast & Furious' en sus mejores momentos; esto es, en los mejores momentos de su quinta, sexta y séptima entrega. Viene a ser el mismo tipo de película, o más bien, de blockbuster al servicio de la acción descocada y desmesurada. Poco importa que lo que pase o deje de pasar nos importe o lo entendamos más bien poco. Por resumir, aquí se viene a ver hondonadas de hostias.
Se viene a ver cine de acción comercial con denominación de origen; en el caso de 'Pathaan' entiendo que lo suficientemente bueno (o efectivo) como para que a efectos prácticos pueda resultar a su manera tan satisfactorio como por ejemplo el estadounidense. Porque en realidad viene a ser en gran medida lo mismo, aunque no estemos tan acostumbrados o próximos a su idiosincrasia cultural y cinematográfica, y por ejemplo nos cueste imaginar a Vin Diesel cantando y bailando con el brío con el que lo hacen sus homólogos indios.
Porque en realidad viene a ser en gran medida lo mismo, tanto en lo bueno como en lo malo de este cine de gran presupuesto, tirando a conservador y de clara vocación y servidumbre popular donde hay más ruido y tiros que refinamiento y guión. En el caso de películas como 'Pathaan', alimentado además por un sentido del ridículo menos... acusado. O menos prejuicioso dentro de lo que sería, para entendernos, ese cine equiparable a una colección de bonitas postales que construyen lo que más que una historia son momentos.
Dadas las circunstancias conviene aclararlo: 'Pathaan' ni es 'RRR', ni 'RRR' es la única película india que existe. Tenemos por ejemplo 'War', la anterior película de Siddharth Anand con la que no por casualidad 'Pathaan' tiene muchísimo en común. Sendos cruces entre 'Fast & Furious' y 'Misión: Imposible' en realidad bastante imperfectos, algo toscos y mejorables a distintos niveles, pero que a pesar de sus duraciones resultan igual de arrolladores que aquel tanque que recorría la autopista de Tenerife aplastando coches.
Todo sea que a la novena nos cansemos como de Toretto y su séquito. Pero, mientras tanto, que nos quiten lo bailao (en Mallorca y Cádiz).