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Voto de DiLuisao:
8

Voto de DiLuisao:
8
7,5
61.822
Musical. Romance. Comedia. Drama
Mia (Emma Stone), una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera mientras acude a castings, y Sebastian (Ryan Gosling), un pianista de jazz que se gana la vida tocando en sórdidos tugurios, se enamoran, pero su gran ambición por llegar a la cima en sus carreras artísticas amenaza con separarlos. (FILMAFFINITY)
29 de marzo de 2017
29 de marzo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es una emoción. Al levantarte de la butaca una nube de sensaciones te ronda, te otea. Ese primer toque de los pies en el suelo es la ínfima vuelta a la realidad, la evanescencia del mágico mundo en el que te habías inmerso. Sin embargo, al terminar La La Land, yo seguía allí, entre tintines y melodías maduras.
Ryan Gosling y Emma Stone se encuentran en una vereda. Ambos se cruzan en un punto álgido, cuando parece que el alcanzar de sus sueños está más lejos que nunca. La compañía de uno llena al otro. El progresivo ascenso en sus respectivas carreras artísticas dilatará la relación. El dilema planteado colma el solfeo: “Toda elección supone un renuncio”.
No sé qué concepción tendrán ustedes de un musical, pero yo me esperaba una sinfonía danzante al más puro estilo “Moulin Rouge”, con un sinfín de decorados y pasos de baile atrevidos. No, no fue así. La historia transcurre de un modo humano, intimista.
Su capacidad narrativa es sublime. Consigue transmitir una vibrante fuerza emocional a través de pequeños gestos, dejando de lado romanticismos empalagosos. Lo más llamativo es que la ausencia de originalidad en el modelado de los personajes sea imperceptible. ¿Qué más da una actriz frustrada o un empedernido melómano? Al son de las notas, c'est le meme chose.
Un aspecto muy conseguido es la desaparición del escaparate idílico. La fantasía es real y por eso llega al espectador, hilando un desenlace tan agridulce como necesario. Aún le estoy dando vueltas.
En resumen, ¿qué hace de La La Land una película tan buena? ¿Su escenografía, su guión, su banda sonora…? La pregunta es retórica amigos. Pasen y vean…
Ryan Gosling y Emma Stone se encuentran en una vereda. Ambos se cruzan en un punto álgido, cuando parece que el alcanzar de sus sueños está más lejos que nunca. La compañía de uno llena al otro. El progresivo ascenso en sus respectivas carreras artísticas dilatará la relación. El dilema planteado colma el solfeo: “Toda elección supone un renuncio”.
No sé qué concepción tendrán ustedes de un musical, pero yo me esperaba una sinfonía danzante al más puro estilo “Moulin Rouge”, con un sinfín de decorados y pasos de baile atrevidos. No, no fue así. La historia transcurre de un modo humano, intimista.
Su capacidad narrativa es sublime. Consigue transmitir una vibrante fuerza emocional a través de pequeños gestos, dejando de lado romanticismos empalagosos. Lo más llamativo es que la ausencia de originalidad en el modelado de los personajes sea imperceptible. ¿Qué más da una actriz frustrada o un empedernido melómano? Al son de las notas, c'est le meme chose.
Un aspecto muy conseguido es la desaparición del escaparate idílico. La fantasía es real y por eso llega al espectador, hilando un desenlace tan agridulce como necesario. Aún le estoy dando vueltas.
En resumen, ¿qué hace de La La Land una película tan buena? ¿Su escenografía, su guión, su banda sonora…? La pregunta es retórica amigos. Pasen y vean…