Esta sexta temporada parece que da señales de cansancio o falta de ideas pero más bien es que no tuvieran su mejor día algún guionista y algún director.
La serie continúa fiel a sus mundos distópicos, al terror y al suspense, así el primer episodio "Joan es horrible" es marca de la casa saliendo al rescate de una Salma Hayek en horas bajas. El aficionado a esta plataforma ya habrá intuido de su tendencia woke, pero esto de hiperlatinizar a Salma Hayek se vuelve en contra de esta política identitaria.
Continúa con una dosis de terror en una ancianita inocente e inquietante.
"Beyond the sea" tiene miga: ¿Podría alguien diferenciar el amor encarnado en un mismo aspecto físico pero con dos personalidades?. Aun sabiendo que una personalidad pertenece a tu marido y la otra a otro distinto pero con el mismo físico ¿existiría algún reparo en enamorarse de los dos sin sentimientos de infidelidad? Seguro que se plantearían diversas disquisiciones filosóficas en torno a este capítulo. Interesante ¿no?
Acertado guiño/homenaje en Maezys a cierta película famosa en su época por los efectos visuales de transformación licántropa. Tiene el sello inconfundible de la serie en uno de esos finales que el espectador no esperaría que fuera a derivar así.
En "Demonio 79" la ambientación del Londres contextual es magnífica: suena Ian Dury y los Blockheads, Madness, si están atentos podrán ver un cartel de The Specials con discos "Two Tone" en una pared, pintadas del National Front hostigando a esta "Paki" y hasta un par de skinhead amenazantes apoyados en un muro.
Este último episodio se mueve entre lo cómico, lo dramático, el gore sangriento y el holocausto nuclear, no cabe duda que es el episodio bandera de esta temporada.