Nuevamente nos encontramos ante una película de 45 minutos de duración, que acaba decepcionando más que entusiasmando.
Además, en esta ocasión introducen un nuevo villano que es el Diablo; el cual sacan de la Biblia añadiendo nuevos personajes del libro.
En esta ocasión, la película sigue los mismos patrones que sus tres anteriores. Así que uno intuye en todo momento lo que va a ocurrir, y sobre todo como será el desenlace.
No obstante, uno sigue disfrutando con las batallas y los efectos en los ataques; los cuales siguen siendo únicos en cada batalla.
Hay que decir que esos 45 minutos no son suficientes para que a uno le pueda convencer la historia, ya que al final uno tiene la sensación que no se profundiza en nada.
En fin, aunque no resulta del todo mala, uno siente frustración al observar como la mejora que habían conseguido la dos películas predecesoras se pierde en esta última.