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Voto de rober:
6

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6
5,8
12.794
Thriller. Drama
Lee Gates (George Clooney), un famoso presentador de televisión, es también uno de los principales gurús de Wall Street. Pero cuando el joven Kyle Budwell (Jack O'Connell), siguiendo sus consejos, pierde todo el dinero de su familia, decide secuestrar a Gates durante la emisión en directo de su programa. (FILMAFFINITY)
21 de agosto de 2016
21 de agosto de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película más que correcta, pero que se queda en la superficie en su vertiente de obra de denuncia. "Money Monster" es un film muy entretenido, que va de menos a más, estudiado al milímetro y sabiamente ejecutado. Aunque todos los actores están muy bien, yo destacaría especialmente a George Clooney, a quien parecen irle como un guante los papeles de galán trasnochado que se resiste a dejar de serlo. Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a este actor por su disposición a reírse de su propio personaje.
La tensión se introduce en el argumento desde el inicio, y va en un imparable crescendo hasta el final. Cada escena supone un nuevo clímax, con momentos verdaderamente brillantes (destaco el momento de la conversación entre el asaltante y su novia). El problema, en mi opinión, es que el film cede demasiado a las concesiones propias del blockbuster, con lo que la reflexión que deriva de la escena final (formalmente muy meritoria) se queda sin fuerza. El desarrollo de la trama es muy previsible y el desenlace, más allá de frases o momentos más o menos logrados, se percibe como inevitable desde el primer momento. Con ello, el componente crítico de la película pierde casi toda su potencia. Si Jodie Foster pretendía que al final al público se le atragantasen las palomitas, dudo que lo haya conseguido.
La tensión se introduce en el argumento desde el inicio, y va en un imparable crescendo hasta el final. Cada escena supone un nuevo clímax, con momentos verdaderamente brillantes (destaco el momento de la conversación entre el asaltante y su novia). El problema, en mi opinión, es que el film cede demasiado a las concesiones propias del blockbuster, con lo que la reflexión que deriva de la escena final (formalmente muy meritoria) se queda sin fuerza. El desarrollo de la trama es muy previsible y el desenlace, más allá de frases o momentos más o menos logrados, se percibe como inevitable desde el primer momento. Con ello, el componente crítico de la película pierde casi toda su potencia. Si Jodie Foster pretendía que al final al público se le atragantasen las palomitas, dudo que lo haya conseguido.