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Voto de rober:
8

Voto de rober:
8
7,1
6.737
Drama
Wadjda tiene diez años y vive en una sociedad tan tradicional que ciertas cosas como ir en bicicleta le están totalmente prohibidas. A pesar de todo, es una niña divertida y emprendedora que bordea siempre el límite entre lo autorizado y lo prohibido. Wadjda desea tener una bicicleta para poder competir con su amigo Abdullah en una carrera, pero su madre no se lo permite porque las bicicletas son un peligro para la dignidad de una chica. (FILMAFFINITY) [+]
25 de julio de 2013
25 de julio de 2013
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La bicicleta verde” es uno de los pequeños hallazgos que uno encuentra de vez en cuando en la cartelera. El hecho de ser el primer largometraje saudí, y el haber sido rodado por una mujer, con lo que ello implica en un país claramente marcado por la ortodoxia islamista, son elementos importantes para dotar a esta película de un “cartel” o “pedigrí” muy útil para el periplo en festivales y para el éxito de crítica y público. Pero es que, además, es una muy buena película.
Su gran mérito, a mi entender, es mostrar con un tono amable, casi de comedia, una historia que tiene un cariz marcadamente trágico. “La bicicleta verde” es una película luminosa y alegre, en la que el punto de vista se sitúa en la mirada de una niña tan dulce, tan manipuladora, tan vivaracha o tan repelente como cualquier otra niña de esa edad en un país occidental (o de donde sea). Wadjda no es sumisa, pero tampoco es una rebelde. Simplemente, desea tener una bicicleta. Haifaa Al-Mansour se vale de este argumento aparentemente banal para ofrecernos una película llena de contrastes, en la que la sonrisa te aparece constantemente en la cara para helarse inmediatamente. A pesar del buen rato que se pasa al verla, uno sale del cine un tanto encogido por la opresión y ahogo que cualquier mujer que viva en esos países ha de padecer, y que la directora describe con gran eficacia. Se trata de una película festiva, con un final esperanzador y positivo, pero que no por ello deja de ser una encendida crítica contra un sistema que hace del sentimiento religioso ultraconservador un modo de vida, y de la mujer un mero objeto sin voluntad.
Quizá la historia daba pie a más matices. Es más, el respeto a la libertad individual también es una asignatura en la que nuestra sociedad occidental debe mejorar. Vista desde aquí, el tono alegre del film le otorga también un cierto aire de ajenidad, de escapismo, que seguramente es algo contrario a lo que la directora pretendía. Pero, de todos modos, “La bicicleta verde” es una de esas pelis que uno tiene la sensación de ser rabiosamente necesarias. Y, además, es muy entretenida.
Su gran mérito, a mi entender, es mostrar con un tono amable, casi de comedia, una historia que tiene un cariz marcadamente trágico. “La bicicleta verde” es una película luminosa y alegre, en la que el punto de vista se sitúa en la mirada de una niña tan dulce, tan manipuladora, tan vivaracha o tan repelente como cualquier otra niña de esa edad en un país occidental (o de donde sea). Wadjda no es sumisa, pero tampoco es una rebelde. Simplemente, desea tener una bicicleta. Haifaa Al-Mansour se vale de este argumento aparentemente banal para ofrecernos una película llena de contrastes, en la que la sonrisa te aparece constantemente en la cara para helarse inmediatamente. A pesar del buen rato que se pasa al verla, uno sale del cine un tanto encogido por la opresión y ahogo que cualquier mujer que viva en esos países ha de padecer, y que la directora describe con gran eficacia. Se trata de una película festiva, con un final esperanzador y positivo, pero que no por ello deja de ser una encendida crítica contra un sistema que hace del sentimiento religioso ultraconservador un modo de vida, y de la mujer un mero objeto sin voluntad.
Quizá la historia daba pie a más matices. Es más, el respeto a la libertad individual también es una asignatura en la que nuestra sociedad occidental debe mejorar. Vista desde aquí, el tono alegre del film le otorga también un cierto aire de ajenidad, de escapismo, que seguramente es algo contrario a lo que la directora pretendía. Pero, de todos modos, “La bicicleta verde” es una de esas pelis que uno tiene la sensación de ser rabiosamente necesarias. Y, además, es muy entretenida.