La mejor sorpresa, como suele decirse, es la que no te esperas. Y poco esperaba de ‘No se aceptan devoluciones’. Sin embargo, debo admitir que fue todo un acierto verla porque es una película que, con sus fallos, se ha convertido en especial. Quizás porque soy padre y desde que tengo hijo todo lo que tiene que ver con niños me hace sufrir especialmente, o quizás porque últimamente me falta un tornillo… pero el caso es que desde que la vi, soy un fan y ultra defensor de la misma.

La película nos hará reír, sufrir, llorar y al final nunca nos hará pensar que hemos perdido el tiempo. Porque la película tiene un alma muy grande empujando toda su historia y haciendo que todo encaje bastante bien. A veces hay escenas que son demasiado lentas, otras no sirven de mucho y sólo engordan el metraje, otras son demasiado rápidas y no deberían serlo porque hablamos de momentos cruciales… pero todo eso se lo perdonaremos porque el mensaje que nos transmiten está muy bien realizado y descrito, con muchas ganas y con una ilusión para ser contado que no todas las películas pueden presumir de ello.

En definitiva: ‘No se aceptan devoluciones’ ha sido toda una sorpresa para mi y me alegro mucho de haberla descubierto. Creo que todo el mundo que tenga ocasión debería darle una oportunidad. Quién sabe, al igual queda tan encantado con ella como un servidor.

-Lo mejor: Muy tierna y emotiva, divertida y, sobre todo, inesperada como película.

-Lo peor: A ratos es lenta y a ratos demasiado rápida. Sobran algunas escenas sin demasiado sentido.

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