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Voto de javieritos:
7

Voto de javieritos:
7
3,9
56
10 de marzo de 2014
10 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
David (o Dave) Mun, conocido como asistente de dirección y cámara en series como “Weeds” y pelis como “La vida en juego” afronta su ópera prima con una valentía y frescura no del todo habituales. Uno de los más prestigiosos críticos de arte dijo que a mediados del siglo XX todo estaba ya creado. En el cine ocurre otro tanto, las ideas originales escasean y en un género como el terror en el que la retroalimentación es el día a día, la vuelta a un terror “clásico”, sin aspavientos, sin sustos facilones ni subidas de volumen es todo un reto.
Así que no esperen en “House of Good and Evil” fantasmas de rasgos generados por un motor 3D, un terror sangriento rozando el gore (que tánto amo) ni fenómenos poltergéist cada cinco minutos. La película es muchísimo más sutil al respecto y aprovecha un punto de partida realmente angustioso-Maggie pierde a su bebé tras un palizón que su marido Chris le da en un arrebato y se van a empezar una nueva vida a un caserón centenario en mitad del bosque-para ir aumentando una atmósfera febril y enferma hasta llegar a un final no por predecible menos fascinante. Y ésto lo hace con todas sus consecuencias. En una época en la que el cine comercial nos ofrece obras de arte como “El Hobbit”, Mun, con una producción muchísimo más escueta (no llegó a los 120.000 euros) rueda una película de cine con tintes añejos y regusto a otra época que pùede no ser del gusto de todos, tratando de recuperar el terror de antaño-a mi juicio todo un acierto- echando mano, eso sí, de todos los clichés habidos y por haber en el género, adentrándonos en un infierno tormentoso que va mutando y convirtiéndose en más horrible conforme los numerosos giros de guión hacen su efecto.
El resultado es una cinta de calidad muy superior a lo que la mayoría de cintas independientes nos tienen acostumbrados, gracias, en gran parte, a un guión (algo tramposo) elaborado sólidamente que por momentos parece carecer de sentido hasta que el giro final todo lo aclara, y fundamentalmente, a unas asombrosas interpretaciones de Rachel Marie Lewis, sobre la que recae todo el peso de la historia y de Marietta Marich en el papel de Mrs. Anderson, a la altura de la estupenda Fionnula Flanagan en “Los otros” de Amenábar, que dotan a sus personajes de una profundidad sorprendente (el reparto masculino es más del montón, corriente y poco más). Las comparaciones con “El Resplandor” o “Shutter Island”, como a cualquier buen thriller psicológico, podrían ser inevitables, pero eso es algo de lo que su director debe estar más que orgulloso.
En definitiva estamos ante una película realmente espeluznante con un excelente ritmo narrativo, unas interpretaciones sobresalientes y una fotografía (de Jared Noe) absolutamente soberbia. Aún así no es una película perfecta, ni mucho menos. La química entre la pareja protagonista es nula por completo y uno nunca acaba de creerse la relación de pareja. Como increíble es que tras un acontecimiento traumático como un aborto provocado una pareja busque un nuevo comienzo en un viejo caserón decrépito en el medio de la nada sin teléfono ni energía y tan sólo con un generador de electricidad, teniendo él que marcharse durante días y dejar a la esposa sola en medio de la nada.
¿Es que la gente no ve pelis de miedo o qué?...
Otro de los lastres en mi opinión es el apartado musical, obra de Austin Creek. Algunos de los tracks de la banda sonora parecen sacados de una película de terror barato de los años 80 a la hora de recrear el suspense, cosa absolutamente innecesaria y yerma, ya que el brillante trabajo de cámara e interpretativo lo hacen por sí solos.
Como curiosidad, decir que el guionista, Blu de Golyer, se reserva un pequeño papel en la cinta.
Lo mejor: La maravillosa actuación de las protagonistas femeninas, a la altura de las grandes, grandes. La tristeza de su planteamiento. Es una película reflexiva, y aunque tramposa, hace pensar después de haber terminado, cosa que hoy no todas logran.
Lo peor: Alguna que otra incoherencia y su B.S.O.
En suma, una película bien producida y dirigida, con un ritmo narrativo excelente que retorna a los clásicos del terror de hace unas décadas.
Recomendable para amantes del terror de otra época y todo aquel que no espere un espectáculo de horror sangriento y efectos especiales a manta.
Más en NIDODECUERVOS.COM
Así que no esperen en “House of Good and Evil” fantasmas de rasgos generados por un motor 3D, un terror sangriento rozando el gore (que tánto amo) ni fenómenos poltergéist cada cinco minutos. La película es muchísimo más sutil al respecto y aprovecha un punto de partida realmente angustioso-Maggie pierde a su bebé tras un palizón que su marido Chris le da en un arrebato y se van a empezar una nueva vida a un caserón centenario en mitad del bosque-para ir aumentando una atmósfera febril y enferma hasta llegar a un final no por predecible menos fascinante. Y ésto lo hace con todas sus consecuencias. En una época en la que el cine comercial nos ofrece obras de arte como “El Hobbit”, Mun, con una producción muchísimo más escueta (no llegó a los 120.000 euros) rueda una película de cine con tintes añejos y regusto a otra época que pùede no ser del gusto de todos, tratando de recuperar el terror de antaño-a mi juicio todo un acierto- echando mano, eso sí, de todos los clichés habidos y por haber en el género, adentrándonos en un infierno tormentoso que va mutando y convirtiéndose en más horrible conforme los numerosos giros de guión hacen su efecto.
El resultado es una cinta de calidad muy superior a lo que la mayoría de cintas independientes nos tienen acostumbrados, gracias, en gran parte, a un guión (algo tramposo) elaborado sólidamente que por momentos parece carecer de sentido hasta que el giro final todo lo aclara, y fundamentalmente, a unas asombrosas interpretaciones de Rachel Marie Lewis, sobre la que recae todo el peso de la historia y de Marietta Marich en el papel de Mrs. Anderson, a la altura de la estupenda Fionnula Flanagan en “Los otros” de Amenábar, que dotan a sus personajes de una profundidad sorprendente (el reparto masculino es más del montón, corriente y poco más). Las comparaciones con “El Resplandor” o “Shutter Island”, como a cualquier buen thriller psicológico, podrían ser inevitables, pero eso es algo de lo que su director debe estar más que orgulloso.
En definitiva estamos ante una película realmente espeluznante con un excelente ritmo narrativo, unas interpretaciones sobresalientes y una fotografía (de Jared Noe) absolutamente soberbia. Aún así no es una película perfecta, ni mucho menos. La química entre la pareja protagonista es nula por completo y uno nunca acaba de creerse la relación de pareja. Como increíble es que tras un acontecimiento traumático como un aborto provocado una pareja busque un nuevo comienzo en un viejo caserón decrépito en el medio de la nada sin teléfono ni energía y tan sólo con un generador de electricidad, teniendo él que marcharse durante días y dejar a la esposa sola en medio de la nada.
¿Es que la gente no ve pelis de miedo o qué?...
Otro de los lastres en mi opinión es el apartado musical, obra de Austin Creek. Algunos de los tracks de la banda sonora parecen sacados de una película de terror barato de los años 80 a la hora de recrear el suspense, cosa absolutamente innecesaria y yerma, ya que el brillante trabajo de cámara e interpretativo lo hacen por sí solos.
Como curiosidad, decir que el guionista, Blu de Golyer, se reserva un pequeño papel en la cinta.
Lo mejor: La maravillosa actuación de las protagonistas femeninas, a la altura de las grandes, grandes. La tristeza de su planteamiento. Es una película reflexiva, y aunque tramposa, hace pensar después de haber terminado, cosa que hoy no todas logran.
Lo peor: Alguna que otra incoherencia y su B.S.O.
En suma, una película bien producida y dirigida, con un ritmo narrativo excelente que retorna a los clásicos del terror de hace unas décadas.
Recomendable para amantes del terror de otra época y todo aquel que no espere un espectáculo de horror sangriento y efectos especiales a manta.
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