Para quien no este acostumbrado a la jerga marina, haré una breve introducción sobre la peculiar diferencia que tienen estos dos animales.

El atún, es un pez enormemente regular y armonioso con su vida. Su característica principal es que nada a favor de la corriente. Además, suele ir en bancos muy alborotados de demás peces. El salmón, por su parte, es tremendamente inestable (de hecho, existe el dicho popular de: "eres mas hiperactivo que un salmón") y, al contrario que el atún, suele nadar contracorriente y ser solitario.

Pues bien, la película que aquí nos ha traido reune ambos tipos de peces de un modo cinematográfico.

En momentos en que la historia es llevadera, regular y demás, nos encontramos ante un film del montón, como un ATÚN en medio de su banco, que además se deja llevar por la corriente de la historia, sin aportar en exceso.

Por fortuna no son los momentos que más metraje ocupan de la película abundando los momentos SALMÓN, momentos en los que la película pasa a ser especial entre todas las demás, pasa a instaurarse en cada momento de nuestra retina visual para no despedirse de ahí jamás. Esos momentos, donde la originalidad va a contracorriente de la historia y donde la imprevisibilidad marca todas y cada una de las escenas que componen esta obra. Esos momentos son los que han hecho de ella una película hilarante y digna de guardar en un lugar de honor en nuestra videoteca personal.

Las actuaciones, junto a los gags, son lo mejor de la película en especial la de John Cleese, un actorazo donde los haya superior a todo el que se enfrente a él y de Jamie Lee Curtis que sabe dotar a su personaje de un componente erótico increible.

La esencia de los Monty Python se puede observar en esta película a pesar de faltar integrantes importantes (Chapman; descanse en paz).

Lo dicho, totalmente recomendable con gags que pasaron a la historia y la cultura popular.

Si les ha gustado, les recomiendo "Criaturas Feroces" del mismo cuarteto protagonista aunque es inferior a esta obra.