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Voto de KlingonCome:
8
7,6
7.759
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (2014). 4 episodios. La protagonista es Olive Kitteridge (Frances McDormand), una profesora de matemáticas de mediana edad que trabaja en un pequeño pueblo de Maine (Nueva Inglaterra) y que está casada con Henry (Richard Jenkins), un farmacéutico de buen corazón. Basada en la novela de Elisabeth Strout, galardonada con el premio Pulitzer. (FILMAFFINITY)
22 de septiembre de 2024
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Cuatro episodios para emocionarnos, exasperarnos, entusiasmarnos y deprimirnos. Todo gracias a dos interpretes en estado de gracia, la oscarizada Frances McDormand y un eterno secundario como Richard Jenkins, que se comen la pantalla y ofrecen dos composiciones actorales de primer nivel. En serio, a su lado, el resto del reparto palidece como si les hubieran chupando la vida antes del rodaje.
No es una miniserie con un arco argumental trabajado, ni una estructura narrativa estandar. Solo vemos los quehaceres diarios de estos dos personajes en la vida que les ha tocado vivir, juntos, a pesar de las diferencias y resquemores acumulados. Así es como les conocemos. Henry, campechano, pone de los nervios de Olive, que es dura como una roca, arisca rayana en la crueldad. Se quieren y se repelen con la misma fuerza, o más bien se necesitan porque se conocen, están acostumbrados el uno al otro. Aunque hay espacio para pensar en una ruptura, tienen miedo a eso precisamente, a la ruptura y a la incertidumbre que conlleva. Así, pasan los años soportándose, hasta que la vejez hace aflorar el cariño real que sienten por la que ha sido la pareja durante toda una vida.
Todo el mundo parece deprimido en ese pueblo, pero ese es el principal soporte argumental de la serie, la depresión y las consecuencias que supone en lo personal y en el entorno que te rodea. Solo hay algo que me disgusta, y es la caracterización de los personajes. En un lapso de veinticinco años apenas hay hay diferencias físicas apreciables en los protagonistas. Cierto es que se trata de un aspecto secundario, pero más trabajo en esa faceta hubiera hecho a la serie aún más inmersiva. Tanto salto temporal tampoco es de mi agrado, pero es pecata minuta. Son cuatro episodios para no perderse, no es la serie más feliz que van a ver pero les aseguro que compensa.
No es una miniserie con un arco argumental trabajado, ni una estructura narrativa estandar. Solo vemos los quehaceres diarios de estos dos personajes en la vida que les ha tocado vivir, juntos, a pesar de las diferencias y resquemores acumulados. Así es como les conocemos. Henry, campechano, pone de los nervios de Olive, que es dura como una roca, arisca rayana en la crueldad. Se quieren y se repelen con la misma fuerza, o más bien se necesitan porque se conocen, están acostumbrados el uno al otro. Aunque hay espacio para pensar en una ruptura, tienen miedo a eso precisamente, a la ruptura y a la incertidumbre que conlleva. Así, pasan los años soportándose, hasta que la vejez hace aflorar el cariño real que sienten por la que ha sido la pareja durante toda una vida.
Todo el mundo parece deprimido en ese pueblo, pero ese es el principal soporte argumental de la serie, la depresión y las consecuencias que supone en lo personal y en el entorno que te rodea. Solo hay algo que me disgusta, y es la caracterización de los personajes. En un lapso de veinticinco años apenas hay hay diferencias físicas apreciables en los protagonistas. Cierto es que se trata de un aspecto secundario, pero más trabajo en esa faceta hubiera hecho a la serie aún más inmersiva. Tanto salto temporal tampoco es de mi agrado, pero es pecata minuta. Son cuatro episodios para no perderse, no es la serie más feliz que van a ver pero les aseguro que compensa.