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5,1
4.043
Acción. Thriller
Tras reunirse con el recién elegido presidente de Estados Unidos Thaddeus Ross (Harrison Ford), Sam se encuentra en medio de un incidente internacional. Debe descubrir la razón detrás de un nefasto complot global antes de que la verdadera mente maestra tenga al mundo entero viendo rojo. Cuarta película de la franquicia del Capitán América. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2025
14 de abril de 2025
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No es una debacle, pero tampoco es un producto de primera división. Falcon agarra el escudo del Capi y se convierte en el sucesor de Steve Rogers con alas. El general Ross ahora es el Presidente y la ira contenida durante toda una vida persiguiendo a Hulk le pasará factura.
A ver, está claro que Marvel funciona con el piloto automático y ya no parece capaz de crear productos que impresionen. Hay varias cosas que decir sobre este nuevo Capitán América: la primera es que ya todo es fantasía pura y dura, nada hay de aquellos efectos del primer Iron Man que lucían realistas dentro de la ilusión. Ahora el CGI es mágico, y las explicaciones que los justifican no sirven para que encajen. Los cascos aparecen y desaparecen en la cabeza de sus portadores, las nuevas alas son indestructibles, un pequeño motor a la espalda es más rápido que un caza... Tecnología Stark, tecnología wakandiana, un nuevo metal recién descubierto... Demasiados deux ex maquina para pasarlos por alto, y poco hay que diferencie todo ello del mundo de Harry Potter.
Falcon es Falcon, es un secundario y como Capi no da la talla. A Mackie se le ve demasiado buenazo, y aunque no es un super soldado lo parece a juzgar por como pelea y como aguanta castigo. Más magia. Ese compi que le han buscado para jugar a Batman y Robin solo existe para darle más vida al estereotipo del héroe y su compañero. Marvel es cada día más infantil, como retrocediendo a los primeros cómics, que eran de una simpleza abrumadora, perfectamente aptos para niños.
El que más aguanta el tipo es Harrison Ford, que parece genuinamente cabreado y se nota que no es su primer papel de presidente. Lo que me pregunto es si al transformarse en Red Hulk este también es un anciano, porque Ford ya supera los 80. No explican si la sobredosis gamma también rejuvenece, porque de ser así, el Hulk de Mark Ruffalo debería haber sido un adolescente. En fin, que uno se despista cuando la rutina invade la pantalla. No es un desastre, pero no volvería a verla.
A ver, está claro que Marvel funciona con el piloto automático y ya no parece capaz de crear productos que impresionen. Hay varias cosas que decir sobre este nuevo Capitán América: la primera es que ya todo es fantasía pura y dura, nada hay de aquellos efectos del primer Iron Man que lucían realistas dentro de la ilusión. Ahora el CGI es mágico, y las explicaciones que los justifican no sirven para que encajen. Los cascos aparecen y desaparecen en la cabeza de sus portadores, las nuevas alas son indestructibles, un pequeño motor a la espalda es más rápido que un caza... Tecnología Stark, tecnología wakandiana, un nuevo metal recién descubierto... Demasiados deux ex maquina para pasarlos por alto, y poco hay que diferencie todo ello del mundo de Harry Potter.
Falcon es Falcon, es un secundario y como Capi no da la talla. A Mackie se le ve demasiado buenazo, y aunque no es un super soldado lo parece a juzgar por como pelea y como aguanta castigo. Más magia. Ese compi que le han buscado para jugar a Batman y Robin solo existe para darle más vida al estereotipo del héroe y su compañero. Marvel es cada día más infantil, como retrocediendo a los primeros cómics, que eran de una simpleza abrumadora, perfectamente aptos para niños.
El que más aguanta el tipo es Harrison Ford, que parece genuinamente cabreado y se nota que no es su primer papel de presidente. Lo que me pregunto es si al transformarse en Red Hulk este también es un anciano, porque Ford ya supera los 80. No explican si la sobredosis gamma también rejuvenece, porque de ser así, el Hulk de Mark Ruffalo debería haber sido un adolescente. En fin, que uno se despista cuando la rutina invade la pantalla. No es un desastre, pero no volvería a verla.