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Drama
Diez años de consumo de opioides han dejado en ruinas la vida de la joven Molly. Una nueva medicina podría darle alas para comenzar de nuevo si es capaz de mantenerse limpia durante cuatro días, algo que trata de lograr con la ayuda de su madre Deb, una mujer de ideas férreas. El amor que ambas se profesan se verá puesto a prueba como nunca antes en sus vidas.
14 de septiembre de 2024
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Retrato verosímil de una relación madre-hija truncada por las drogas. Deb ha cortado lazos con su hija Molly, harta del desecho humano en que el consumo de drogas la ha convertido. No obstante, se ve abocada a darle una última oportunidad ante lo que podría ser el inicio de su curación.
Por suerte, no estamos ante un dramón familiar con drogas de fondo. Los dos papeles principales se han trabajado a conciencia para proyectar resolución y hartazgo en uno y decadencia y vulnerabilidad en el otro. Glenn Close borda su papel de madre que ya ha dado por perdida a su hija, pese a que aún alberga amor en su corazón e, interiormente, aún desea salvar a su pequeña. La guapa Mila Kunis raya también a buena altura, resultando desagradable tanto físicamente como por su comportamiento. El duelo actoral se lo lleva Close, no por demérito de Kunis, sino porque Glenn está a otro nivel, el de las grandes entre las grandes.
No hay escenas lacrimógenas, o al menos no abundan, lo que resulta un alivio, pero también le resta carga emocional. Tal vez pueda parecer un pelín gélida, pero no olvidemos que Deb es una madre que las ha pasado todas con su hija, y hasta el amor más profundo se quiebra si se le pone suficientemente a prueba. Una buena peli sobre lo que el consumo de drogas puede hacerle a una persona y también a una familia.
Por suerte, no estamos ante un dramón familiar con drogas de fondo. Los dos papeles principales se han trabajado a conciencia para proyectar resolución y hartazgo en uno y decadencia y vulnerabilidad en el otro. Glenn Close borda su papel de madre que ya ha dado por perdida a su hija, pese a que aún alberga amor en su corazón e, interiormente, aún desea salvar a su pequeña. La guapa Mila Kunis raya también a buena altura, resultando desagradable tanto físicamente como por su comportamiento. El duelo actoral se lo lleva Close, no por demérito de Kunis, sino porque Glenn está a otro nivel, el de las grandes entre las grandes.
No hay escenas lacrimógenas, o al menos no abundan, lo que resulta un alivio, pero también le resta carga emocional. Tal vez pueda parecer un pelín gélida, pero no olvidemos que Deb es una madre que las ha pasado todas con su hija, y hasta el amor más profundo se quiebra si se le pone suficientemente a prueba. Una buena peli sobre lo que el consumo de drogas puede hacerle a una persona y también a una familia.