Pequeña película de suspense que mantiene el tipo hasta su precario tramo final. Una joven que trabaja en la atención telefónica de un banco recibe la iracunda queja de un cliente, que finalmente se convierte en un acoso en toda regla.

La cinta comienza con un prólogo bastante pobre, donde nos hablan de lo expuestos que viven los empleados de los call centers. Supuestamente. Bajo este contexto nos presentan a Izzy, que teletrabaja desde el casoplón de su tío. Parece otro producto ligero más hasta que se entabla la relación con el cliente descontento, y ahí sí surge una tensión genuina, lo suficiente para elevar la apuesta y dotarla de interés.

Pero, ay, que mal trabajado esta el acto final, un home invasión aburrido y sin un solo pico de angustia. Hasta se echaron de menos los socorridos a jump scares que tanto abundan en las pelis baratas. Si quisieron sumarle cierta critica en esa escena final, la verdad es que es un intento tan torpe como el resto. Unos pocos minutos interesantes hacia la mitad del film, desechable todo lo demás.