Simpática comedia para una tarde de domingo.

En los 80 Bruce Willis, tras triunfar en la serie "Luz de luna" empezó una carrera cinematográfica con un éxito fulgurante.

En esta película hace de ejecutivo en apuros que por una urgencia de última hora tiene una cita a ciegas con el personaje de Kim Basinger (que era más estrella que él por entonces) para complacer a un cliente japonés. A pesar de las advertencias de su hermano de que no le dé de beber a la muchacha, ya que cual gremlin la transforma, el bueno de Bruce no le hace ni puñetero caso porque está más centrado en su apuro laboral que en ella. Pero como toda comedia romántica, las cosas cambiarán claro.

En su primera parte tiene bastante gracia, sobre todo las situaciones en que le mete ella por sus desvaríos con el alcohol. Pero el final decae un poco por lo previsible y anodino.

De todas formas es digna de verse, ya que normalmente una cita a ciegas es algo apasionante. Y a pesar de mi nota, no suelen ser sólo "pasables". No suelen tener término medio, aunque el formato sea cinematográfico.