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Voto de Tiggy:
3

Voto de Tiggy:
3
4,0
3.611
20 de marzo de 2020
20 de marzo de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy confuso. No sé en qué clave está elaborada esta película, si en clave humorística, terrorífica o ambas. La primera opción es posible, desde luego, con solo pensar que la premisa se basa en unos castores infectados y mutados que atacan como zombis a un grupo de 'millennials' más calientes que la moto de un jipi no se puede tomar muy en serio. La segunda opción es imposible que sea viable, aunque da la sensación de que Jordan Rubin, el director, lo intenta inútilmente en reiteradas ocasiones tratando de recrear escenas típicas del cine slasher, concretamente, fijándose en Viernes 13. Dicho esto, la simbiosis entre géneros es descartada, para mí, al no convencerme como película de terror. Como película cómica funciona, humor absurdo e incluso humor negro (esto último cogido con pinzas) rodean a todos los personajes, escenificando situaciones surrealistas y, tampoco sé si intencionadamente o no, parodiando películas clásicas del cine de terror como La noche de los muertos vivientes del maestro George A. Romero o Posesión infernal del cachondo de Sam Raimi. Las interpretaciones dan casi tanto asco como los efectos especiales que, aunque se podrían excusar aportando el presupuesto empleado ($44,080) y el hecho de que esos efectos son manuales (modelos animatrónicos), no me basta para justificar el despropósito. Lo único destacable es el maquillaje, el cual recuerda películas de culto debutantes en los años 80 como la anteriormente mencionada Posesión infernal o Mal gusto (Bad Taste) de Peter Jackson, empleado correctamente en las transformaciones de algunos de sus personajes. Lo que más me ha gustado, sin duda alguna, es la banda sonora, especialmente, la canción original empleada en los créditos (Zombeavers, compuesta por Al Kaplan y Jon Kaplan e interpretada por Nick Amado), la cual refuerza una intención grandilocuente y pomposa, algo muy positivo en este tipo de películas. La escena tras los créditos también inhibe cualquier atisbo de seriedad, dando a entender que podría haber una posible secuela, pero no con castores sino con... ¡abejas! En cualquier caso, si quieres ver esta película, recomiendo hacerlo con tus amigos más jaraneros porque... ¡estos castores son un peligro!