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Voto de Tiggy:
7

Voto de Tiggy:
7
5,1
9.452
Thriller. Acción. Terror
Ralph Sarchie (Eric Bana) es un agente de policía de Nueva York que se dedica a investigar una serie de asesinatos que parecen tener relación con posesiones demoníacas. Sus pesquisas lo llevarán a aliarse con un sacerdote muy poco convencional (Edgar Ramírez), experto en exorcismos. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2020
18 de abril de 2020
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Pues me ha gustado bastante esta película sobre exorcismos,de hecho, no comprendo las bajas notas que se le han atribuido en diferentes páginas. Ofrece muchos aspectos refrescantes al subgénero, como son los exorcismos múltiples colocados en la misma línea argumental simultáneamente, una dupla de protagonistas, individualmente poco convencionales y en conjunto prácticamente única, mezcla de religiones arcaicas haciendo que no se centre expresamente en el cristianismo, base y planteamiento desarrollados en la guerra de Iraq, teniendo como focos negativos y de posesión a tres ex-marines, banda sonora completamente única para una película de este tipo y que enlaza a la perfección con el argumento (también se denota un fanatismo extremo por parte del director, Scott Derrickson, hacia The Doors, director que ya nos ofreció muy buenas obras tanto de exorcismos como El exorcismo de Emily Rose de 2005 o de superhéroes trabajando para Marvel en Dr. Strange (Doctor Extraño) de 2016), recreando escenas demoníacas impresionantes permitiéndose incluso emular la popular escena de Blade Runner (Ridley Scott, 1982) de 'lágrimas en la lluvia' ejerciendo en todo el metraje un dominio absoluto de la cámara empleando planos que raramente son empleados en películas de este estilo, como el plano americano o plano de 3/4, planos figura, picados y nadir, empleando también aquellos habituales como el primerísimo primer plano para retratar al Diablo de la forma más explícita y realista posible a través de la cara y mueas del poseso. La historia se centra en un excelente policía que trabaja en El Bronx y tiene un don para detectar casos escabrosos, lo cual transcurre normal hasta verse involucrado en una historia que él mismo trata desde el escepticismo con tintes satánicos que, al no saber cómo tratarla, forma un dúo con un cura poco convencional para resolver lo que sería el caso de su vida. La dupla protagonista desprende mucha cordialidad ante cámara a pesar de la antítesis psicológica que suponen sus personajes, interpretando al agente de mano dura Ralph Ramiro Mathey Sarchie un excelente Eric Bana que transmite a la perfección y en ciertos puntos el nulo control que tiene su personaje sobre la situación mediante muecas sutiles y una actuación muy precisa, acompañado del Padre Joe Mendoza dado vida por un estupendo Édgar Ramírez, cura jesuita que oculta un pasado poco cristiano y, tras redimirse, decidió luchar contra las fuerzas del mal y ayudar a nuestro protagonista en su diabólica contienda. A pesar de ser los anteriores aquellos ejecutores del protagonismo de la cinta, para mí quien se lleva la palma es Sean Harris interpretando a Mick Santino, tanto por su sobresaliente interpretación como por la relevancia inexcrutable que tiene su personaje a lo largo de toda la trama, siendo el motor principal para el correcto desarrollo de los acontecimientos. Con todo, es una muy buena película del subgénero que, a pesar de promocionar hasta la extenuación a Sony (productora) mediante enfoques descarados hacia aparatos de su marca (monitores, móviles, hasta despertadores, todos en esta película son fanáticos de la multinacional japonesa), se convierte en un visionado muy ameno con muy poco desarrollo en ciertos aspectos relevantes, pero eficaz en el concepto general. Líbranos del mal, amén.