Cuando algunos de nosotros éramos pequeños, recibíamos todos los días la visita de unos diminutos y extraños azules personajes a través de la pantalla de la televisión. Esos seres, los llamados Pitufos, nos enseñaban importantes valores mientras protegían su aldea del malvado Gargamel. Cuando parecía que el recuerdo de "Papá Pitufo" y los demás integrantes de ese poblado sólo quedaba en algunas expresiones populares y en su conocida banda sonora, Raja Gosnell nos los acerca en todo su explendor.

Hay que reconocer uno de los grandes méritos de esta película: recrear fabulosamente bien el mundo de los Pitufos. "Papa Pitufo" mantiene esa gran sabiduría que nos aleccionaba, "Pitufo Patoso" sigue siendo ese peligro andante, "Pitufo Gruñon" vuelve a estar enfadado a todas horas, y ... que decir de esa belleza en azul llamada Pitufina. No sólo eso, sino que la aldea está increíblemente bien recreada y el malo malísimo impregna de terror la pantalla aunque nos ríamos de sus desgracias.

Sobre la historia que cuenta la película, decir que tal vez decepcione a los seguidores de esa seria (ya adultos) por su sencillez y su caracter infantil. Sin embargo, no podemos olvidar que "Los Pitufos" siempre ha sido un producto infantil. Olvidándonos de ese aspecto, hay que reconocer que es una historia coherente y bien cuidada, con un guión lleno de guiños a la serie.

Respecto a los personajes y sus intérpretes, desilusiona un Neil Patrick Harris que no parece sentirse cómodo con el papel, y la ausencia de un clásico como el "Pitufo Goloso". Por el resto, alabar la gran actuación de Hank Azaria y la enternecedora mirada de Jayma Mays.