Es una película que está bien pero que no responde a las expectativas generadas... ese es su problema. Me gustan muchas cosas pero esperaba mucho más.
Lo mejor… la actuación de Ralph Fiennes. Sin duda capaz de proporcionar a sus personajes un alma y aún más, cuando el protagonista tiene un halo de espiritualidad (aunque sea confusa) lo “borda”. Todos los compañeros de viaje lo arropan, sin duda mención especial para mi querido Stanley Tucci que algún día, espero, será merecedor de alguna nominación... que ya va siendo hora… Isabella, en cambio, supongo que está nominada por ser quien es y por edad… su aparición es escasa aunque significativa.
Me encanta la fotografía de Stéphane Fontaine. Geométrica, grandiosa, empequeñeciendo la influencia humana de los personajes y contraponiéndola a la estructura eclesial que simboliza. En ese sentido la película es brillante.
La música genera tensión y acompaña a un Ralph desquiciado y preso de sus propias decisiones.
Cónclave tiene vocación de obra maestra pero no sé si porque cuenta algo mil veces contado... no sé si porque la valentía y la sombra de Sorrentino es alargada o porque no consigue jugar lo suficiente con la ambigüedad de la fe… cae, especialmente en la segunda parte, en una suerte de tópicos redundantes en sí mismos y que terminan por volver todo previsible y un poco aburrido.